Sin piedad, sin dilación, sin vacilar. Hay que ir a por ellos, a por todos ellos, los corruptos, los sinvergüenzas, los que han utilizado el cargo para enriquecerse, los que se han aprovechado de la situación y de quienes en ellos han confiado, todos cuantos están bajo sospecha cierta, investigados y señalados por el dedo de la UDEF, que devuelvan lo que se han quedado indebidamente y que purguen una temporada en la cárcel donde los ladrones de guante blanco empiezan a superar a los comunes.

A por Rato. A por Ignacio González. A por Granados. A por Millet. A por Montull. A por Griñán, A por Chaves. Pero también a por los Pujol y a por Mas. No puede ser que se emplee mano dura para unos mientras los otros siguen blanqueando dinero y sacándolo de España hacia diversos paraísos fiscales. Y los que van de salvapatrias y de impolutos, si tienen huevos, que lancen la primera piedra pero, ¡cuidado!, puede tener trayectoria de "boomerang". A más de uno la piedra le va a dar en los morros o le pondrá un ojo a la funerala más tarde o más temprano.

La UDEF o quien sea también tiene que emplearse a fondo con los que con tanta diligencia levantan el índice acusador mientras son incapaces de justificar sus cuentas personales y el dinero que les rebosa en sus recién creados partidos políticos. Aquí todos son muy buenos hasta que se demuestra lo contrario. Lo que hay que hacer urgentemente es demostrarlo porque sospechas e indicios más que razonables hay.

Ningún partido político debe mantener en sus filas a gente de esa catadura que nos pone en evidencia en todo el mundo. La prensa mundial no puede seguir hablando de España como un país corrupto. No lo es. Corruptos son unos cuantos sinvergüenzas, a izquierda y derecha, en el centro y en los extremos, que han querido ser los más ricos de España sin currarse la riqueza, robando, extorsionando, engañando, malversando, dañando a la democracia y a sus propios partidos donde también hay gente honrada.

Nos equivocamos, yo la primera, cuando señalamos a las siglas, hay que señalar a los autores. Y que para ellos no haya perdón. Me da igual cómo se llamen o apelliden, hay que acorralarlos, mostrarlos a toda España, hacerles purgar por su pecado de avaricia y que pasen una larga temporada en la cárcel. Pero, ¡ojo con juntarlos!, hay que proceder con ellos a una especie de dispersión, no vayan a formar un lobby carcelario. En la España de los tramposos además de políticos hay empresarios, muchos empresarios que por una o dos obras con las que ganar buenos cuartos, se han vendido o mejor, han comprado con dinerito.

La prisión de Soto del Real parece ser el destino de todos estos ladrones de guante blanco contra los que hay que actuar sin piedad. Pero, repito, con todos, también con los Pujol que parecen disfrutar de una bula inmerecida. Porque los Pujol, juntos y por separado, han defraudado más, robado más, chantajeado más, que todos los que forman parte de los distintos casos abiertos en los distintos juzgados y audiencias patrias. No puede haber dos varas de medir. Una para los de Madrid y otra para los de Cataluña. Quiero ver a los Pujol ayudados por un agente entrando en el pertinente coche policial. Eso sólo se ha visto con Rato. Afortunadamente, Pujol Jr., ya está en Soto del Real.

Sinvergüenzas hay en todos los ámbitos y en todas las profesiones: política, empresa y sindicatos concentran a buena parte de los señalados por el índice de la Justicia. Pues nada, ¡a por ellos!, sin contemplaciones.