Algunos documentos existentes y consultados en archivos y bibliotecas nos hablan de Cesáreo Fernández Duro, personaje nacido en Zamora el día 25 de febrero de 1830 y fallecido en Madrid el 5 de junio de 1908. Su familia se trasladó a la capital en 1836 cuando contaba seis años. Aquí adquirió sus primeros conocimientos, sin embargo, volvería a su tierra natal a estudiar hasta que en 1845 ingresó en el Colegio Naval de San Fernando, realizando a partir de ahora una excelente carrera en Marina. En 1850 pasó a Filipinas donde luchó, desde el bergantín "Ligero", contra los piratas que infectaban el archipiélago de Joló. Por su valor en estos combates se le concedió la Cruz de San Fernando. Al regresar a la península realizó diversos viajes entre España y sus posesiones ultramarinas, incluso participó en la efímera expedición contra México dirigida por el general Prim. Intervino en los conflictos de Marruecos donde por su constancia y laboriosidad se le otorgó la Cruz de la Marina. Desde este momento sus ascensos en la Armada fueron continuos. Así, después de la Revolución de 1868 que destronó a Isabel II, pasó a capitán de fragata y segundo comandante del navío "Numancia".

En 1869 fue destinado a Cuba como jefe de administración de 1.ª clase y secretario general del gobernador civil y militar, acompañando al capitán general, Caballero de Rodas, en diferentes expediciones contra los rebeldes cubanos que deseaban la independencia de España. Por su disciplina y actividad ascendió a coronel del Ejército de Tierra y a propuesta del Ministro de Ultramar, se le otorgó la Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1870. Durante la permanencia en Cuba, se le nombró socio emérito y académico correspondiente de la Academia de la Historia de la Habana.

De nuevo en la península, participó en la lucha contra los carlistas, acompañando al rey Alfonso XII en los combates del norte del país por lo que fue condecorado con la Gran Cruz de Alfonso XII. Formó parte de muchas comisiones científicas y literarias tanto en España como en el extranjero: comisario ceneral de nuestro país en la Exposición Universal de Viena (1873); presidente de la Sociedad Geográfica; académico de número y secretario de la Academia de la Historia en 1880; ingresó en la Real Academia de Bellas Artes en 1890; etc. Instalado en la capital, por el excesivo trabajo, en contadas ocasiones pudo desplazarse a su tierra natal.

A pesar del incesante trasiego por tierras y mares, nunca se olvido de Zamora, prueba de ello son las palabras que escribió con una avanzada edad: "Todo hombre contrae al nacer una deuda sagrada con el suelo que le dio la cuna: la de emplear en su servicio la mejor porción de su inteligencia", frase que revela el continuo recuerdo de su "patria chica" allí donde estuviera. Es autor de más de veinticinco obras, especialmente de carácter histórico, de las cuales, un alto porcentaje se refieren a su provincia entre ellas, "Bibliografía del cerco de Zamora" (1875), "El lago de Sanabria o de San Martín de Castañeda" (1879), "Romancero de Zamora" (1880), los cuatro tomos de la "Memoria histórica de la ciudad de Zamora, su provincia y Obispado" (1882), etc. Sin embargo, quizá, la principal sea "Colección Bibliográfico-Biográfica de noticias referentes a la provincia de Zamora" (1891) que presentada en un concurso organizado por la Biblioteca Nacional de Madrid en .876, le permitió obtener un premio de 1.500 pesetas. Se la califico por el Tribunal de "gran utilidad" y de "no existir antes una historia escrita de la ciudad". Está dividida en cinco partes, comprendiendo papeles impresos y manuscritos, tanto de autores conocidos como desconocidos, y siempre de hechos y personajes de la provincia.

Cesáreo debe ser admirado e imitado por nuestra generación y las venideras.

(*) Doctor en Historia