No serán diez, sino cien las que convenga emprender; quizás hasta mil tendrían cabida entre las medidas oportunas, necesarias y urgentes que Zamora necesita para torcer el pulso al destino al que en los últimos tiempos parece abocada. Pero por alguna cifra hay que empezar y no es ni mucho menos mala la de diez actuaciones que, en ciudad y provincia y en los sectores con mayor potencial dinamizador, se sugiere acometer en el recién salido del horno plan "Zamora 10".

No voy a desgranarlas más, de momento, por dos razones. Una, sus enunciados ya han sido dados a conocer por los medios de comunicación. Dos, espero poder acceder en próximos días al documento completo para poder opinar con real conocimiento de causa. Dicho lo cual, lo que es innegable es que cualquier esfuerzo en orden a fijar un diagnóstico en profundidad del presente socioeconómico de la provincia de Zamora es loable y cualquier derivación del mismo en la línea de proponer acciones concretas y realizables debe ser apoyado.

Felicité personalmente hace algunas fechas al impulsor principal de la iniciativa, Cipriano García, director general de la única entidad financiera con verdadero arraigo provincial en el momento presente, Caja Rural de Zamora. Me falta hacerlo a Narciso Prieto, Director de Comunicación de la entidad que es quien ha estado entre bambalinas en el día a día de la elaboración de los trabajos. Y no lo hago tanto por cuál haya sido el resultado final, sino porque es la primera vez en que desde la sociedad civil zamorana, de principio a fin sin intervención institucional -llamémosla así o digamos política-, se acomete un empeño de este calado y se hace con un método verdaderamente profesional.

Así me lo han venido atestiguando en los últimos meses algunos de los empresarios que han participado en las sesiones de trabajo que, bajo la metodología y coordinación de una importante empresa multinacional de consultoría, han servido para dar forma, contenido y marchamo zamorano al documento y a las propuestas de él resultantes.

Como llevo diez años escribiéndolo en esta columna, si algo necesita Zamora, con independencia de un compromiso claro con su futuro de las administraciones públicas estatal y autonómica y de la lealtad para con su tierra de los políticos zamoranos, es sobre todo que la sociedad civil zamorana tome conciencia de que nada nos va a venir dado como el maná bíblico. Que lo que queramos conseguir solo lo lograremos si lo trabajamos, luchamos y exigimos sin complejos ni sumisiones a intereses políticos que nada tienen que ver con el beneficio para nuestra tierra.

Conozco, y no por turismo en la mayoría de los casos, muchas regiones de España y una veintena de países en el mundo y lo que en todos pone el fiel de la balanza señalando hacia el progreso o hacia el retroceso es siempre el dinamismo, la consciencia y la osadía de su sociedad civil. En el presente como a lo largo de la historia: las sociedades más libres, abiertas y con iniciativa son siempre más prósperas. Queramos eso para Zamora y hagámoslo en 10, 100 o 1.000 medidas y actuaciones.

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