Me cuesta mucho entender que tal y como ha informado nuestro periódico, La Opinión-EL CORREO, "los zamoranos están entre los más reivindicativos del país". Es que apenas se nota. Cuando hay manifestaciones y se muestra un espíritu y un talante reivindicativo es para conseguir cosas, no para perderlas. Sin embargo, aquí se reivindica, pero no se consigue nada. La finalidad de toda reivindicación que se precie suele ser el cambio social. Las herramientas mejores de que disponen son: la razón, la acción y la intervención en el asunto vindicado. Pues ni por esas.

Que se sepa, en Zamora no se ha logrado prácticamente nada por esa vía, tan jaleada, tan aplaudida en otras latitudes. Es que si así fuera yo me apuntaba de inmediato a salir todos los días de "procesión vindicativa" reclamando todo aquello de lo que Zamora adolece. Y al hablar de Zamora me refiero a la capital, por supuesto, pero también a la provincia, sin la que la capital no es nada.

Estamos a tope con respecto al resto de provincias españolas y, sin embargo, repito, apenas se nos nota. Solo de tarde en tarde, cuando se le dice a la Junta de Castilla y León lo que hace rematadamente mal, sobre todo en materia de Sanidad, alguna que otra respuesta en positivo se obtiene, pero muy ambigua, muy tímida, como para quitarnos de encima y que dejemos de dar guerra.

Las administraciones es lo que quieren. Si por ellos fuera pondrían el cartel de "No molestar" y a seguir viviendo que son dos días. Pero es que los ciudadanos estamos en el deber y la obligación de 'molestar' todo lo posible. Más que nada, para que no se relajen, para que no se duerman en los laureles, para que sepan que si están donde están es porque tienen que trabajar por los ciudadanos, cosa que se les olvida con demasiada frecuencia.

He llegado a plantearme si eso de ser reivindicativo funciona. Para el caso que hacen. Ahí tiene usted al Ayuntamiento y sus demoras, ni que se les haga saber, ni que se les diga, ni que se les afee. Y así no vamos a ninguna parte. El día que la Administración lo haga sin que los administradores perciban sueldo alguno, si no en base a los servicios prestados a los ciudadanos, lo mismo ese día, se avanzaba en derechos, en igualdad, en todo lo demás, y las reivindicaciones mediante manifestación ya no tendrían razón de ser.

Mucho me temo que eso no llegue a producirse nunca. Eso de trabajar de balde para el ciudadano no creo que encuentre muchos adeptos en la política. El ciudadano sí que trabaja de balde para la Administración y encima les paga el sueldo que perciben con sus impuestos, que no bajan ni empujándolos cuesta abajo. Sólo que por eso tendrían que dar más cancha a nuestros derechos, a nuestras reivindicaciones, mantener los despachos abiertos, escucharnos y no sólo oírnos, atendernos como corresponde, siempre desde el respeto y la educación. Perder las formas no es nada aconsejable. Ni por un lado, el del ciudadano y por supuesto tampoco por el otro, el de la Administración.

Francamente, no lo entiendo, los zamoranos estamos entre los españoles más reivindicativos y apenas se nos nota. No avanzamos. Eso es porque hacemos algo mal o porque no lo hacemos. Será cuestión de estudiarlo.