Todos los años se repite la misma historia. Lleno total en Zamora durante la Semana Santa. A los pocos días, donde dije digo? La ocupación hotelera desciende con respecto al año anterior en los días centrales de la Pasión. Para a continuación añadir: las previsiones se recuperan. Y así sucesivamente se marea la perdiz un día sí y otro también. Los colectivos de hosteleros que se dedican a estas cuestiones deberían ser más prudentes y no vender la piel del oso antes de cazarlo. Cuando esté todo atado y bien atado, a pesar de las connotaciones volátiles de la frase, se dice y se actúa en consecuencia, mientras tanto hay que echar mano de la prudencia, por si acaso.

Prefiero saber qué ha ocurrido al final, cuando haya datos y cifras fidedignos. De cualquier forma, lo ha dicho Sergio Martín en una o en todas de las muchas entrevistas que se le han hecho por ser el pregonero oficial de la Semana de Pasión de Zamora. Siendo como es la nuestra, la mejor Semana Santa del mundo, no está bien vendida, no goza del interés absoluto de los distintos medios de comunicación, públicos y privados. Quien más se acerca a nosotros es Televisión Española. Obviamente, la 7 de Castilla y León y la 8 de Zamora realizan una magnífica aportación.

En cuanto a nuestro periódico, que es el de referencia para los zamoranos de aquí, pero también para los de la diáspora, hace mucho que se ha convertido en el mejor embajador aquende y allende, de nuestras tradiciones y costumbres, es el heraldo que todo lo anuncia y el medio que todos consultan para estar bien informados. Pero, la Semana Santa todavía precisa de un mayor esfuerzo. En el pregón de Sergio Martín, magníficamente prologado por Antonio Casado, se echaron en falta rostros conocidos. Ese, que es uno de los momentos importantes de la Semana Santa zamorana, por su carácter oficial, requiere una intervención urgente. Se pregona a los de aquí, pero también a los de fuera a quienes se invita al portento. El tirón que suponían Sergio y Antonio no fue bien aprovechado.

Quien lo hace de perlas y lo borda, es Maite Martín Pozo que no deja escapar la oportunidad que le brinda la noche del Jueves Santo, para extender invitación a infinidad de personas llegadas de fuera, y sobre todo a los que se convierten en anunciadores del prodigio de la Semana de Pasión. Gentes de todos los ámbitos: el cine, la cultura, el periodismo, el deporte, la política, la empresa. Y, luego, como ocurriera con la entrañable y recordada Paloma Gómez Borrero, sólo hay que invitarles a que realicen su reflexión particular por escrito o a través de la tele y la radio. Y funciona. Vaya que funciona. Porque lo dicen ellos, que no son parte interesada pero demuestran interés por la tradición por antonomasia de esta ciudad y provincia, de la que también se ocupa la Diputación con todos sus invitados.

Recuerdo el artículo que, a propósito de estos días, escribiera Antonio Casado y que sirvió para que el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el propio Antonio, en el Palacio de la Encarnación, entablaran un diálogo francamente interesante, a propósito de todo lo que contaba el zamorano de la diáspora que pisa más su tierra de lo que sabemos y nos enteramos. A ellos es a los que hay que tener presentes. Que vengan, y que cuando vuelvan a sus lugares de origen, lo cuenten. Que se conviertan en los mejores heraldos del hecho de la Semana Santa en Zamora.