No todo se detiene en Semana Santa, aunque en sitios como Zamora queden difuminados por ésta sucesos muy importantes. En medio de procesiones de silencios, fervores, rezos, penitencias, arte, sentimiento, fiesta y tradición? otra procesión va por dentro y otras por fuera traspasando las murallas de la ciudad, donde vida y a veces muerte, siguen adelante.

"Preparativos". Zamora se prepara para acoger los desfiles que representan la muerte de un judío a manos de otros y del imperialismo de Roma -que además dicen que era bueno y que es Dios-; zamoranos y zamoranas preparan túnicas y aceitadas para celebrar la Semana de Pasión; los visitantes vuelven a casa y llenan los establecimientos hosteleros... Pero en Estocolmo, un nuevo ataque a los paseantes, adjudicado a radicales islamistas, parece reavivar las antiguas guerras de religión y civilización entre pueblos que quieren vivir en paz.

"Jueves de Pasión y traslado del "mozo" hasta San Frontis, cargado con la Cruz camino del calvario, acompañado del pueblo con la cara descubierta". El pueblo de Siria vive un episodio más de su calvario: ataque a la población civil con armas químicas y más de 80 muertos. Los rostros de los niños muertos conmueven el mundo entero.

"Christus Factus Est -cantan el Viernes de Dolores- Cristo obediente por nosotros hasta la muerte". La respuesta inmediata desde Estados Unidos a las bombas químicas es un bombardeo que ordena Donald Trump, sin contar con organismos internacionales ni con los Parlamentos de los Estados que como España, tienen en Rota las bases desde donde despegan los aviones. Más muertos inocentes en respuesta a otros muertos tan inocentes como ellos. ¡No a la guerra!

"Sábado de Pasión, y Hermandad de Luz y Vida - cofrades hermanados por fin después de pequeñas rencillas- recordando camino del cementerio a los que ya no están, con la esperanza de que vuelvan". ETA se desarma totalmente entregando 120 armas de fuego y 3 toneladas de explosivos. Las víctimas del terrorismo se debaten entre sentimientos de desconfianza y sed de justicia. La Opinión homenajea nombrándolas a las 12 víctimas de Zamora. Y la Esperanza adelanta su desfile confiando en que esta vez quizás sí pueda ser la paz. Totalmente.

"9 de abril de 2017, Domingo de Ramos, procesión de niños con palmas en alto celebrando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a lomos de un sencillo asno que, para más humildad si cabe, por aquí llamamos la Borriquita, o sea, que es hembra". Otro 9 de abril de hace 40 años, Sábado Santo por la luna de primavera, miles de puños en alto celebrando la legalización del Partido Comunista de España, después de otros 40 años de calvario dictatorial. Amable, el camarada, puño en alto desde este periódico recuerda la alegría de ver que su lucha en la que tantos compañeros fueron represaliados, encarcelados, reprimidos, asesinados? empieza a cambiar a partir de un día de hace 40 años, que pasó a la historia y a la literatura con el nombre de "Sábado Santo Rojo".

Dicen que Suárez eligió las vacaciones para legalizar al PCE, con el fin de que no hubiera protestas del Régimen que lo había demonizado durante años. Y acertó.

Lo mismo ha hecho el Gobierno de Rajoy con los Presupuestos Generales del Estado, que para Zamora no recogen más que las inversiones del AVE que llega con retraso, y que nos condenan a ser un apeadero con menos gente cada vez. Tan volcados estamos con la Semana Santa, que ni nos damos cuenta y seguimos con procesiones y hasta botellones de celebración.

Y hablando de celebrar, el día de la República (14 de abril) este año cae en Viernes Santo, como han caído en Domingo de Ramos los 40 años de legalización del PCE y en su día cayó en Sábado Santo Rojo. Por ello, con permiso y con respeto, voy a llamar a este Viernes Santo como siempre, y Rojo por este año.

Firmo este escrito el Domingo de Ramos, y a partir de ahora la vida y la Semana santa seguirán, espero que con buen tiempo para ambas, hasta que el Domingo de Resurrección resuciten los campos -que necesitan lluvia- y la esperanza porque tiene que llover a cántaros... Porque tú y yo, muchacho, estamos hechos de nubes.