En contestación a los farragosos artículos aparecidos en ese diario, uno de ellos firmado por Celedonio Pérez, no puedo por menos de poner los puntos sobre las íes a tanto despropósito. Sin entrar a valorar los merecimientos de José Blas Vega, que sabemos que son muchos, tan solo tres puntualizaciones:

Primero: es el mismo papa Francisco el que recomienda, cuando no prohibe, el depósito de las cenizas en cualquier sitio.

Segundo: es la misma ley española la que exige un permiso para depositar las cenizas o para esparcirlas.

Tercero: la decisión de depositar las cenizas en nuestro patio fue una decisión unilateral del equipo de Gobierno de nuestro Ayuntamiento en la época anterior a nosotros. No pasó por el pleno ni se pidió el consentimiento de los vecinos a los que teníamos pleno derecho.

¿Pero les parece a todos aquellos que han puesto el grito en el cielo y nos han acusado de bárbaros por perder tan ínclita reliquia de la que gozábamos en Morales del Vino que el sitio idóneo para tales cenizas es un patio de un ayuntamiento? ¿Qué haríamos entonces, a partir de ahora, si los vecinos de Morales, muchos de ellos nacidos y criados en nuestro pueblo, exigieran que sus cenizas fueran enterradas en una acacia, junto a un rosal o junto a una forsitia? ¿Les parece idóneo el patio de un ayuntamiento?

Los vecinos de Morales del Vino tenemos tanto o más derecho que don José Blas Vega para que nuestras cenizas fueran pisadas por nuestros conciudadanos.

Si la Peña Flamenca de Zamora es capaz de encontrar a treinta personas de nuestro pueblo que quieran y deseen que las cenizas de José Blas Vega vuelvan a nuestro patio, yo me encargo de convencer a mis compañeros para volver a traer las cenizas a él.

Fernando Castaño Casanueva (concejal de Morales del Vino y Pontejos)