Sí, cómo es posible que el número de agresiones denunciadas en la provincia de Zamora por parte del personal sanitario se disparara en 2016, hasta llegar a un total de 27 profesionales afectados. Es que en lugar de remitir, la cifra supone un crescendo indeseable con respecto al año anterior. Qué pasa, que algunos se vuelven locos y la toman a palos o a insultos con médicos y enfermeras. Pero, ¡Dios mío!, si estamos en sus manos, si ellos son los que mejor pueden aliviar nuestro dolor, el físico fundamentalmente, que es por el que acudimos a centros de salud y hospitales. Cómo es posible que se les pague de forma tan bruta.

El hecho de que haya un Día Nacional Contra las Agresiones a Sanitarios, dice muy poco de una sociedad que se asilvestra a pasos agigantados. Las agresiones verbales y físicas a los sanitarios están a la orden del día. ¿A qué es debido este aumento? Hay quien lo atribuye a la crisis económica, al desánimo social y en menor medida a la relación médico-paciente, enfermera-paciente. Se empieza por un insulto, un empujón y una coacción y se acaba de la peor forma posible. Y es que semejante violencia se está dando en lugares donde no tiene cabida. Un centro sanitario del tipo que sea, hospital, ambulatorio, centro de salud, es un lugar de respeto. Hay carteles que nos lo recuerdan constantemente.

Por un sanitario borde, sea médico, enfermera o auxiliar, de esos que miran por encima del hombro, estableciendo distancias y de humanidad cero patatero, hay cien que son extraordinarios, profesionalmente hablando, y en el trato con los pacientes. Cuántas veces se agradece más una sonrisa y una palabra amable que el cuidado profesional en sí. Habrá sanitarios que no lo entiendan así, pero ya digo, son una minoría que apenas computa. La mayoría, con nombres y apellidos, son buenos profesionales y personas. Y eso el paciente lo nota a la legua. El que sufre y el que comparte el sufrimiento en la cercanía familiar.

Me parece de perlas la consideración de delito de atentado contra la autoridad para las agresiones a sanitarios, tal y como queda reflejado en la reforma del Código Penal. Es un logro destacado que puede ayudar a acabar con esta violencia desatada a la que Zamora no es indiferente. Hasta cuatro años de cárcel conllevan este tipo de agresiones a sanitarios. Es verdad que la reforma no contempla como delito las amenazas, injurias, vejaciones y coacciones que suponen la "gratuidad del insulto" pero espero que también se acabe castigando duramente este tipo de comportamiento.

Yo quiero romper una lanza por los sanitarios de Zamora en general. Por los del Complejo Asistencial en concreto, que también sufren esta lacra, este fenómeno, que lejos de remitir parece recrudecerse con el paso de los años y a pesar de la Ley Orgánica del Código Penal que las castiga. No estaría de más que se empiecen a conocer sentencias condenatorias en ese sentido. No se puede agredir a los sanitarios, y a nadie, impunemente. Porque, además, las de médico y enfermera son profesiones vocacionales y yo los veo en ese contexto. Por lo tanto tan malos no deben ser para responderles de forma tan abrupta, aunque alguno sea abrupto en sus respuestas. Sostenía Saint Exupéry: "Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras". Pues eso.