Parece que Podemos no se resigna a su falta de protagonismo, una vez finiquitada la extrema confrontación entre Errejón e Iglesias, ni tampoco a la deriva que le marcan las encuestas, que van registrando como PP y PSOE, incluso con los socialistas descabezados, reafirman sus posiciones mientras los demás irían a la baja en número de escaños. Y vuelve la extrema izquierda a la carga contra la Iglesia y la libertad religiosa, entre el laicismo y el anticlericalismo mas rancio, esta vez arremetiendo contra la tradición de TVE de cada domingo por la mañana de transmitir en directo el oficio de la Misa.

No aceptan enterarse, ellos y todos los de su cuerda, que el 75 por ciento de los 46 millones de residentes en España se confiesa católico, y que aunque la mayoría no sean precisamente rigurosos practicantes, sino incluso todo lo contrario, siempre se rebelarán contra la falta de respeto que demuestran a las mayorías esas mismas minorías que intentan imponerse y que tan inquietantes resultan. Tanto es así que han bastado las declaraciones en contra de los dirigentes podemitas para que se haya triplicado, nada menos, la audiencia del último domingo como la propia TVE ha anunciado con satisfacción.

Y ha hecho bien en hacerlo, porque ya está la gente harta de tanta corrección política, de tanto buenismo, de tanto tragar ruedas de molino, y las reacciones, por fortuna, se empiezan a notar, como está ocurriendo en todo el mundo, porque una cosa es la integración de las minorías y otra su dominio. En una democracia son las mayorías las que mandan. Además, a Podemos es difícil creerlo ya, tras la experiencias acumuladas, pues son iguales y tan descarados como la casta a la que querían erradicar y sustituir, algo demostrado en las instituciones en las que tienen presencia. Y ahí está su líder, Pablo Iglesias, poniendo a su novia como portavoz en el Congreso una vez depurado Errejón. La diputada Montero dice que la Misa refleja odio a los homosexuales y que la transmita la Cope o 13 TV. Nada más falso, pero más valía que en vez de fijarse en eso se fijasen y arremetiesen contra la basura que vomitan canales de los que ellos se benefician y que les sirven de amable plataforma.

Cada vez se hace más patente la desconexión de Podemos con la realidad española, su mala percepción de la misma. La facción de Pablo Iglesias, la linea radical que se ha impuesto por encima de la estrategia más inteligente de Errejón, nunca ha sabido medir ni calibrar sus verdaderas fuerzas, y ahora menos todavía. Ya será raro que consigan mantener la unidad de tantas mareas y clanes minoritarios como integran el partido, pero aun así todo da a entender que tienen alcanzado su techo. Pese al rebufo de la crisis y sus secuelas, España disfruta del estado del bienestar y la gente todavía tiene mucho que perder, así que no está, en general, para aventuras extremistas. Y su postura de suprimir en TVE la Misa para enfermos e impedidos, servicio público, es expresiva del rencor que les anima. Once millones de personas van a los templos los fines de semana y 9 millones de contribuyentes ponen la casilla de la Iglesia cada año en su declaración de la renta. Si esos números no significan mayorías que venga Dios y lo vea.