Pintadas. En la semana que la banda terrorista ETA anuncia el desarme unilateral e incondicional, en la localidad zamorana de Mahíde aparece una pintada contra su alcalde: "Socialista terrorista". Si en este país hemos sufrido tanto por la sinrazón de los terroristas y en muchas localidades del País Vasco muchos ciudadanos han vivido en un ambiente hostil y de permanente preocupación y desasosiego, es inconcebible que, a estas alturas, alguien en su sano juicio pueda utilizar en Zamora las mismas estrategias (como las pintadas) que han empleado los matones de ETAcon el único fin de marcar, señalar y algo más. Y que este método se haya producido en Mahíde, de apenas 350 habitantes, dice mucho de su autor, alguien ruin, acomplejado y con miedo a dar la cara y hablar en el lugar donde deben resolverse los problemas de los ciudadanos. Frente a este tipo de expresiones hay que actuar con contundencia. No valen las medias tintas. No podemos aceptar que el miedo campe a sus anchas y se apodere de la vida municipal, de Mahíde o de cualquier otra localidad.

Cierres. Palabra mágica que ha conseguido unir, al menos hasta ahora, a gran parte de la población y los representantes políticos de uno y otro signo en Benavente. Y todo por el cierre de la primera planta del hospital. Hasta Juan Dúo, presidente del PP local, exalcalde de la ciudad y vicepresidente de la Diputación de Zamora, ha dicho que él estará al frente de la manifestación del domingo. Una decisión que le honra, pues sabe que con la salud no se juega, y mucho menos en la zona de Benavente y Los Valles, que ha vivido en el pasado duros enfrentamientos a cuenta de la reforma del Hospital o la creación del Centro de Especialidades, decisiones que nunca han colmado las reivindicaciones de los benaventanos, que se sienten agraviados con respecto a otras zonas de Castilla y León. Y es que tener unos buenos servicios sanitarios es un asunto prioritario para que la comarca pueda aprovechar las ventajas competitivas de las que dispone en otras materias. Sin embargo, algunos solo ven cifras y datos, olvidando que el desarrollo es mucho más que números.

Agresiones. Otra palabra de moda en el ámbito de la sanidad.Las cifras cantan: el número de agresiones denunciadas en Zamora por parte del personal sanitario se disparó en 2016 hasta llegar a un total de 27. La tendencia contraria se registró en atención primaria, que pasó de 12 en 2015 a cinco el año pasado. Que el ambiente en la sanidad está enrarecido es fácil comprobarlo cuando en el exterior, y también en el interior de muchas zonas hospitalarias o de atención primaria, nos reciben con un cartel: "Espacio de salud, espacio de respeto". Nunca he podido comprender que alguien que acude a una cita sanitaria pueda manifestar su malestar con insultos o agresiones físicas hacia los médicos, enfermeros, técnicos o celadores. Jamás las demoras o el retraso en las consultas o cualquier otra circunstancia pueden justificar comportamientos agresivos contra los profesionales que cuidan de nuestra salud. Por eso, apuntalemos el respeto y no permitamos que unos cuantos desalmados erosionen los espacios de salud. Unos servicios que ya quisieran en muchos países.