La frase "Dar tres cuartos al pregonero" tiene un significado peyorativo, puesto que se utiliza cuando se hace público algo que debería haberse mantenido secreto.

La clásica figura del pregonero era el empleado público que se encargaba de vocear en diversos lugares de la localidad los acuerdos y disposiciones municipales, también daba noticias y avisos de interés público, a veces, contratados por los vecinos comunicaban la venta de productos o de objetos.

Actualmente, no es necesario el pregonero, porque la gran cantidad de medios de comunicación que existen son más que suficientes para hacer llegar toda clase de noticias a los más apartados rincones del planeta.

Los pregoneros tienen su origen en aquellos empleados públicos subalternos de la época romana, llamados "praecones", que tenían como misión convocar a las centurias y a las tribus para que asistieran a los comicios, convocar a las reuniones del Senado, anunciar ventas en subastas e imponer silencio en las asambleas y ceremonias.

En Zamora, cuando ingresé en la Guardia Municipal, en enero de 1950, había un veterano Guardia, Fernando Francisco Calzada, que se jubiló en 1953 a los setenta años, que, al parecer, fue el último pregonero que tuvo el Ayuntamiento de Zamora. Conservaba la trompeta con la que reunía al auditorio y nos la enseñó en alguna ocasión. Posiblemente, sus últimas actuaciones como pregonero serían a comienzo de los años treinta.

En la novela de autor anónimo "El Lazarillo de Tormes", Lázaro, después de haber abandonado al ciego, personaje central del libro, se fue a servir a un alguacil al que también abandonó pronto porque le pareció el oficio muy peligroso. Posteriormente, consiguió el cargo de pregonero de Toledo, que desempeñaba con gran habilidad.

Antecesores de los pregoneros fueron los heraldos que convocaban las asambleas de los jefes o generales, imponían silencio a la multitud antes de que hablaran los reyes; se servían de la tuba o trompeta para llamar la atención del acontecimiento que iba a comenzar.

En la actualidad, la figura del pregonero queda reservada al personaje que anuncia solemnemente el comienzo de fiestas, acontecimientos o celebraciones que, en Zamora podemos tomar como más significativos los pregones que anualmente anuncian la Semana Santa. Elocuentes personalidades se suceden cada año para anunciar con gran solemnidad, en el Domingo de Ramos, el comienzo de la Semana de Pasión.

Son muchos y muy destacados los oradores que han intervenido como pregoneros de la Semana Santa zamorana. Podría recordar cerca de un centenar de personas famosas que fueron pregoneros de la Semana Santa, pero prefiero no citar nombres para no incurrir en omisiones de quienes son merecedores de grandes elogios por su oratoria ensalzando nuestra Semana Grande.