Defiendo la Renta Básica Universal (RUBI) como algo posible en base a 500 euros por persona y mes, y cosa factible en base a unos impuestos directos progresantes (por los que paguen mayor porcentaje los que más ganen).

Defiendo incluso que los condenados por la justicia, mientras dure la condena, no la cobren. Incluso que no la cobren los que tienen una orden de alejamiento, y mientras esta dure, por cuanto eso es una suerte de condena.

Sin embargo, la RUBI ha quedado empantanada porque su promotor principal (Podemos) la apartó de su oferta política, al tiempo que en IU se cuestionó como una ilusa quimera. Todo hasta tal punto que Unidos Podemos no la llevó en el programa del 2016.

Hablando sobre el tema, el economista de cabecera de Podemos, señor Vicenç Navarro, ha afirmado que en su opinión primero hay que alcanzar los niveles de justicia social de los países del entorno, y después ya se podría afrontar la RUBI (que exige ingentes cantidades de dinero).

Este señor, reputado economista, sostiene que si se compara España con la Europa de los 15 (la primitiva, la de los 15 países europeos con mayor nivel de vida) se observan dos cuestiones evidentes.

La primera es que el Gasto Social medio (incluyendo Educación y Sanidad Públicas) de la Europa de los 15, es varios puntos superior al de España (siendo por otra parte, los citados países, países capitalistas).

Y que por tanto el primer paso sería ponerse al mismo nivel que ellos en las inversiones de ese tipo.

Y sostiene también Vicenç, que el dinero necesario para ese impulso, debería salir de la equiparación de los impuestos directos de España con la media de los impuestos directos de esa Europa de los 15.

Países que tienen un nivel de impuestos, de ese carácter, superior en dos dígitos a los de España.

Es decir, la teoría del economista de Podemos, es que primero habría que equilibrar ambos parámetros (el gasto social y los impuestos a los que más ganan) entre España y la Europa de los 15, y que después ya se afrontaría lo de la RUBI.

Como esa postura parece sensata, y al tiempo la RUBI es una necesidad imperiosa para transformar la sociedad a mejor, se propone aquí, a grandes rasgos, una síntesis.

Que la RUBI se vaya implantando gradualmente (es decir que al principio no sea Universal).

Lo que sigue es un diamante en bruto que pulidores de la economía y las ciencias sociales, sabrán tallar adecuadamente.

Por poner un orden, no rígido:

¿Por qué no, que la RUBI la reciban antes las mujeres que los hombres, ya que actualmente cobran menos por el mismo trabajo?

¿Por qué no, que la perciban ya quienes tiene derecho a esas rentas mínimas de inserción social o ayuda de los 420 euros?

¿Por qué no antes, quienes tienen derecho a pensión no contributiva, o quienes tiene que cuidar a dependientes?

¿Por qué no antes los becarios?

¿Por qué no antes los autónomos? ¿Por qué no antes los trabajadores que los empleados públicos?

¿Por qué no antes las mujeres agredidas y sus hijos? ¿Por qué no antes, los hijos de las madres asesinadas?

¿Por qué no antes las pensiones inferiores al salario mínimo?

El cómo obtener ese dinero, aparte de coincidir en la propuesta del señor Vicenç Navarro, sobre la subida de los impuestos a los ricos y bien pagados; se puede hacer cambiando el destino de partidas: por ejemplo si se le da la RUBI a los estudiantes se podrían suprimir las becas.

Seguro que alguien está pensando en situaciones de injusticia, que se darían, al aplicar criterios generales, pero eso también ocurre ahora con las ayudas sociales, que debiendo existir siempre, sin embargo, en casos, se sabe que llegan a quienes no las necesitan, porque aunque oficialmente son pobres, realmente manejan dinero (negro).

Bien, pero, recordemos, la anécdota no debe frenar lo importante, la justicia social.