El tema del día, y del fin de semana, ha sido el de la sentencia dada a conocer sobre quienes se sentaron en el banquillo en su momento para responder del "caso Noos" en Baleares y Valencia, siendo el principal inculpado Urdangarin, casado con la infanta Cristina que también estaba imputada, y otras quince personas más, entre ellos el ex presidente balear Jaume Matas, habitual en muchos de los casos de corrupción llevados a cabo a la sombra del PP y habitual también de la cárcel, aunque no haya sido por demasiado tiempo. Ahora la Audiencia le ha condenado a otros tres años de prisión. Y aun así, es el que mejor librado sale. El que peor, Diego Torres, el socio de Urdangarin en sus negocios, al que le ha caído una condena de ocho años, lo que ha causado un tanto de perplejidad. O no. Y al cuñado del Rey Felipe VI, y yerno del rey emérito don Juan Carlos, seis años y tres meses, más una multa que supera el millón de euros. Se reconocen en la sentencia delitos continuados de prevaricación, malversación, falsedad de documentos e incumplimientos con Hacienda. El fiscal pedía por esos delitos y otros más, 19 años de cárcel, pero hace tiempo que se sospechaba que la condena quedaría en seis o siete años, y de hecho ya algunos medios nacionales y digitales habían publicado adelantos al respecto.

Ha sido la sentencia que se esperaba, ni más ni menos, en la linea de lo políticamente correcto. A PP, PSOE y Ciudadanos les ha gustado, mientras Podemos arremetía contra la vara de medir de una justicia a la que acusan de no ser igual para todos. Sea como fuere, en lo que no parecía haber duda era en que la esposa de Urdangarin, la infanta Cristina, iba a ser absuelta, como así ha sido. No puede afirmarse que con todos los pronunciamos favorables, pues tendrá que pagar una multa de 265.000 euros por beneficiarse de los delitos en los que incurría su esposo. En cuya inocencia sigue creyendo, según ha declarado su abogado. Pero es la primera vez en la historia de España que un miembro de la Familia Real se sienta en el banquillo y eso queda ahí ya para siempre, un negro borrón para la institución, aunque el culpable haya sido el vividor sin escrúpulos que medraba como marido de la hija del rey, abusando de su posición privilegiada para acercarse al dinero público. También la esposa de Torres, el que cargará con el mayor castigo, ha sido absuelta, si bien tendrá que pagar multa, más aun que la infanta. Ninguna de ellas, como la ex ministra Mato declaraba hace días en el juicio del caso Gürtel, se enteraba, al parecer, de cuanto ocurría en su casa, del dinero que entraba, del pago de los gastos, ni siquiera de si, como en el caso de Mato, su marido cambiaba de coche, siempre modelos de superlujo. Sanciones y penas menores de cárcel han sido para otros tres procesados, y absueltos igualmente han resultado otros de los que se sentaron en el banquillo, como los concejales del PP en Valencia. Todo muy light, pues.

Esto es lo que ha dado de sí y de no, el más famoso y seguido escándalo de corrupción política habido hasta ahora en el país. Todo pendiente, claro, del Tribunal Supremo. Y aunque el fiscal va a pedir el inmediato ingreso en prisión de Urdangarin, es muy posible que aun tarde en vérsele entre rejas.