Tengo para mí que cada año que pasa, el día de San Valentín se celebra con menos fruición y entusiasta alegría. No sé si la culpa la tiene el desamor que dicen cabalga a galope tendido, lo cierto es que da la sensación de que ha perdido fuelle. Quienes en verdad cumplen son las teles con sus programas ad hoc y los anuncios susceptibles de ofrecer regalos casi siempre poco originales. Los pilares del regalo, cada 14 de febrero, ya se sabe, la corbata, el perfume, las flores y el libro. Tengo un amigo, muy amigo, que este año a su mujer le regaló una palometa para que se la guisara en salsa y así celebrar juntos el día de San Valentín. Bueno, por lo menos más original que el perfume sí es. A servidora le enviaron un texto precioso, un texto de cosecha propia, no de esos que se repiten como las sardinas en whatsapp. Como que me emocioné.

Lo que en verdad no puede faltar ni el día del santo patrono de los enamorados ni cualquier otro día del año como regalo es el beso. No sabía yo la cantidad de propiedades extraordinarias para la salud que tiene el beso, el beso de pico, el beso en la boca. Será poco higiénico como dicen los escrupulosos, pero conociendo sus ventajas, muy por encima de sus inconvenientes, hay que adscribirse al beso y defenderlo como vínculo amatorio y de salud. Resulta que los besos en la boca reciben y traspasan señales químicas, ayudan a aumentar la excitación y dar besos profundos provoca un incremento de saliva que ayuda a eliminar bacterias de la boca y disminuye el riesgo de sufrir caries.

Hay que potenciar ese tipo de besos como sea. Lo aconsejan expertos de la Universidad de Oxford. Esta gente siempre da mucho juego. Se dedican a estudiar estas y otras cosas a las que no damos importancia en lo cotidiano y nos alegran el día y nos propician el trabajo que de otra manera se cuela por las rendijas de la política tan aburrida de por sí. Besar es increíblemente saludable. Potencia el sistema inmunitario, reduce el dolor, es antidepresivo, previene problemas cardiovasculares, ayuda a ejercitar hasta 30 músculos faciales, mejora la autoestima y alivia los efectos de las alergias. Es una "medicina" bien barata, mucho más que la que nos pueda proporcionar cualquier laboratorio farmacéutico.

Si todo lo dicho es cierto cómo aseguran los expertos, ¿a qué estamos esperando todos?, los sanos y los que no lo están. Hay que potenciar la cultura del beso. Pero no besos a la remanguillé si no besos como dios manda, bueno, tampoco quiero pronunciar su nombre en vano. Si hubiera más besos a lo mejor se evitaban ciertos males que ya constituyen una lacra en la vida de tantas parejas. Los defensores del beso hablan maravillas del mismo. Es más, lo recomiendan como terapia alegando que sube las defensas y es recomendable incluso para las personas que sufren las temidas jaquecas. Lo que no entiendo es como la Bayer, Normon, Cinfa, Novartis y todos los laboratorios farmacéuticos no han tomado buena nota resolviendo de una tacada tantos males y padecimientos.

De lo último que me enteré el día de san Valentín es que para adelgazar, mejor que una dieta al uso, es darle todo el santo día o toda la santa noche al beso. La verdad es que no pudieron demostrarlo con un ejemplo. Pero se cansaron a recomendarlo.