Hay que reconocer que el Partido Socialista no está pasando por sus mejores momentos. Pero a continuación hay que manifestar que no hadejado de lado sus responsabilidades contraídas con los españoles, como corresponde a un partido con la enorme carga histórica, o como se dice ahora, con una "mochila repleta de responsabilidades". Sin embargo es urgente que se restablezca, en su seno, la normalidad orgánica en el ámbito nacional y que las aguas vuelvan asucauce, de manera que sus militantes y sus millones de votantes recobren la confianza y lealtad de su referente político. Es necesario que los socialistas recuperen y ocupen la centralidad política de España - no confundir con el centro ideológico-, como garantía de la vertebración territorial y económica de nuestro país, como lo tiene demostrado en su prolongado recorrido con programas socialdemócratas, en la redistribución de la economía y solidaridad.

Es evidente que la mayor exigencia y responsabilidad recaen en los dirigentes que representan a los socialistas en las instituciones públicas y en los órganos de dirección orgánica, para que más pronto que tarde se recupere la normalidad, el pulso y el espacio que le corresponde en la sociedad, que no es otro que el que deciden los ciudadanos con su voto. Y como dice un eminente profesor: "si hacéis las cosas bien, los ciudadanos volverán a pediros que gobernéis".

Mientras tanto, y como la vida sigue, hay que trabajar con los mimbresque se poseen, orientando los esfuerzos para lograr hacer de la necesidad virtud. Ciertamente que en los Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas y en las Cortes Generales, los socialistas tienen muchas e importantes responsabilidades;que por cierto, las están desarrollando con eficacia. Con su actividad y buen hacer,están evitando que se produzcan mayores retrocesos sociales como las consecuencia de la crisis y de la mala administración del gobierno central.

Es interesante comprobarcomo desde el Congreso de los Diputados, el Grupo Socialista- frente a la debilidad del gobierno y ante la urgencia de establecer soluciones para los muchos problemas de los españoles, fundamentalmente la creación de empleo digno que afecta a los mayores de cincuenta años y a los jóvenes- ha asumido el compromiso -y el grave riesgo- de paralizar y en muchos casos modificar leyes y normas implantadas en la legislatura anterior de mayoría absoluta del Partido Popular, condicionando positivamente la ideología y la acción del ejecutivo. Citaré algunos ejemplos: la ley mordaza, la LOMCE? Se ha corregido la distribución de recursos financierosa las Comunidades Autónomas; se ha aumentado el salario mínimo (aunque insuficiente); se está en modificar los criterios para aumentar la capacidad inversora de los Ayuntamientos; hay que afrontar la pobreza energética de las familias; deberá establecerse una norma que impida la subcontratación, derivada de la reforma laboral del Partido Popular; la sostenibilidad de la atención a la dependencia, pacto de estado sobre la violencia de género?En definitiva, detener o reformar las políticas del Gobierno. Y es que establecer acuerdos concretos de Estado (es decir, los que condicionan la vida de los ciudadanos más desfavorecidos) no significa que el Partido Socialista tenga que estar de acuerdo ni soportar al gobierno del Partido Popular, ni tampoco con algunos partidos de la oposición. Es comprensible que algunos ciudadanos se pregunten por qué el Partido Socialista, desde la izquierda y en la oposición, está propiciando la solución de muchos problemas, haciendo lo imposible para detener las políticas de puro recorte del Partido Popular.

Por todo ello, y como he dicho en muchas ocasiones, uno de los más importantes y urgentes deberes de los socialistas es explicar, con un esfuerzo pedagógico extraordinario, los movimientos que está realizando. Por otro lado, el PSOE está elaborando un programa autónomo como es su obligación como partido de gobierno, aunque dadas las circunstancias actuales deberá realizar también un nuevo esfuerzo y remediar las propias responsabilidades de Estado (que no del gobierno), que no son otras que "la obligación de reparar y satisfacer los daños y perjuicios" de los ciudadanos más necesitados. Esa es una diferencia cualitativa entre quienes solo protestan y critican, siendo su única preocupación ganar las elecciones, en contraste de los que trabajan para las nuevas generaciones.

Nadie discute que el Partido Socialista Obrero Español es un pilar básico del sistema político de España, lo que le exige recuperar su proyecto autónomo, que no es otro que la socialdemocracia, la centralidad política y un liderazgo que no caiga en ofertas simplistas, sean populistas, nacionalistas o de "demócratas radicales", cuyo objetivo sea un referéndum.

Con la celebración del último Comité Federal, del pasado día 15, el Partido Socialista ha iniciado el proceso democrático precongresual que culminará con la celebración del Congreso Federal los días 17 y 18 de junio, y que se presenta como uno de los más importantes de los últimos tiempos. En ese Congreso se procederá a la elaboracióndelprograma del que hemos hablado y que deberá ser la base de su proyecto de gobierno. Previamente hay que elegir, por el procedimiento de primarias, simpatizantes y afiliados, al nuevo secretario federal. Este es el momento de cerrar la crisis interna, con el compromiso firme de que la única dedicación será a los problemas de los ciudadanos.