Se vuelve a repetir en Francia lo que ya sucedió en Estados Unidos, en las pasadas elecciones a la Casa Blanca. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) concluyó que Rusia, con el beneplácito de Vladimir Putin, ayudó al candidato republicano Donald Trump. El conocido rotativo TheWhasington Post, reconoció que personas conectadas con el Kremlin filtraron a la organización Wikileaks los correos electrónicos pirateados del Partido Demócrata y de la campaña presidencial de Hillary Clinton. Amén de otras muchas noticias, cuántas de ellas inventadas, que no dejaban bien parada a la candidata demócrata.

La historia se repite. Rusia vuelve a la carga. Quiere que los populismos dominen el mundo y está poniendo todo su empeño. Emmanuel Macron, candidato independiente a la Presidencia de Francia, al que los sondeos sitúan en segunda posición, se está viendo afectado por una campaña de desprestigio en la que todo parece valer. Macron es la gran esperanza de la mayoría del pueblo francés, frente a una Marine Le Pen crecida tras la victoria de Trump. Ni el socialista Benoît Hamon, la gran revelación, ni el líder de los Republicanos, François Fillon primer ministro de Francia en el gobierno de Nicolás Sarkozy y cuya candidatura se tambalea salpicado por el escándalo de los empleos ficticios de su mujer, parecen llevarse de calle el fervor de los franceses.

La pieza a batir es Macron a quien los rumores han obligado a salir al paso. Rumores que se extienden como la pólvora y que al parecer se generan en Rusia. Esta vez se ha visto obligado a salir al paso de la rumorología que apunta a que mantendría una relación extraconyugal con el periodista MathieuGallet, presidente de Radio France. Monsieur Macron está casado y bien casado desde el año 2007 con BrigitteTrogneux. Parece ser un matrimonio bien avenido. Todo apunta a que no hay sombras de sospecha en ningún sentido, sin embargo la noticia crece alimentada por quienes tienen intereses en darle la vuelta no sólo a Estados Unidos, también a Francia y con la República francesa al resto de Europa. Esto es mucho peor que aquello que se llamó la guerra fría. Ya en aquella época, la guerra fría había situado a las dos grandes potencias, Estados Unidos y URSS, en frentes opuestos en la mayor parte de conflictos regionales. Pero es que ahora Estados Unidos y Rusia, en principio caminan al lado uno del otro. Con tanta injerencia, con tanta interferencia en la que las Redes son cómplices inequívocas, el resto de Europa puede convertirse en satélite de Rusia. Ya sabemos de la forma que vivían los países satélites de la extinta Unión Soviética. Sólo que ahora con el nuevo zar, de la colectivización y de las purgas se ha pasado al libertinaje y al triunfo de las mafias rusas que son en alguna medida las que sostienen el poder.

No cabe duda que desde Rusia no sólo se enviarán rumores, también se encumbrará a líderes como la señora Le Pen que ya habla de la posibilidad de un "Frexit", a la victoria o muy cerca de ella, con suficiente poder como para tomar decisiones que acaben, de seguir así, con el sueño de La Unión Europea que puede acabar convertido en una pesadilla de la que no logremos despertar. Todo es posible y nada es desdeñable. Hay que estar al loro. No se puede subestimar la injerencia de Rusia en las elecciones europeas.