Siguiendo con que no hay día sin afán ni fin de semana sin encuesta, esta vez le ha tocado el turno a un sondeo en el que junto a la inevitable intención de voto se recoge la opinión que tiene la sociedad acerca de los privilegios de los políticos, privilegios que ellos mismos se han impuesto con el respaldo de sus partidos, y de los que hacen uso y abuso manifiesto y ofensivo.

Respecto a lo que ocurriría si ahora se convocasen elecciones casi que no hace falta comentar nada si se tiene en cuenta, que hay que tenerlo, que la consulta ha sido encargada y pagada por uno de los pocos diarios nacionales que quedan alineados a la derecha que en el próximo congreso del PP volverá a redefinirse como centrista, casi socialdemócrata en algunos temas. De modo y manera que los de Rajoy subirían y mucho, hasta 20 escaños o más, mientras el resto, naturalmente, seguirían cuesta abajo tras haber alcanzado su techo electoral, y tanto el roto PSOE como los de Podemos y Ciudadanos perderían votos y representación. Puede que, pese a todo, sea una aproximación bastante exacta y realista, que hay que confiar que no se produzca porque no está el país ni el paisanaje para nuevas elecciones.

Tampoco son muy novedosos, pero si expresivos contundentemente, los resultados obtenidos acerca de los privilegios que goza la clase política, sin merecimiento alguno para ello dada su obvia mediocridad a a todos los niveles posibles. Las conclusiones del sondeo son las mismas, idénticas, que pueden escucharse a la gente, en su inmensa mayoría, en las calles, en los hogares, en las barras de los bares o en las mesas de cafeterías y restaurantes. Los más críticos con la situación son desde luego los jóvenes pero llama la atención que, de creer a los consultados, puedan ser las personas de mayor .edad las mas tolerantes y compresivas con este estado de cosas. Cuesta digerirlo.

Entre los asuntos expuestos figura en primer lugar, como es lógico la corrupción y la actuación de las fuerzas políticas para acabar con esta lacra, y en este sentido nada menos que el 81% considera que no se está haciendo lo suficiente y que existe una permisividad evidente en torno a esta cuestión. Y hay que suponer que entre quienes han opinado estén votantes tanto de los partidos de la oposición como del partido en el poder. La misma unanimidad se aprecia en otro viejo tema de debate sobre el que el Gobierno deja pasar el tiempo: los aforamientos, cuya eliminación exige el 82,5 % de los consultados. Igual ocurre respecto a los sueldos de los políticos pues un 87% entiende que están bien pagados, y más cuando un 55% cree que trabajan poco o nada.

Cierran la encuesta otros datos, como que el 61 por ciento de las opiniones se muestran a favor de la supresión del uso del coche oficial, que el 49 por ciento creen que tienen excesivas vacaciones, que el 55 por ciento creen que en la política no predomina el machismo, o que el 63 por ciento está a favor del recorte de horarios. Son datos más anecdóticos si se quiere pero que igualmente registran el sentir general respecto a una clase política que no cuenta con el aprecio de la sociedad.