No sería justo dejar pasar la oportunidad que brinda la vida, la parte de la vida más pegada a su ocaso, cuando esos rayos de luz se van apagando y echas la vista hacia atrás y ves que personas que te han acompañado en tu día a día, de repente desaparecen. Desaparecen en presencia que no en recuerdo, cuando mi semblante se vuelve sonrisa al recordar la figura del señor Jesús, toda una vida al servicio de la sociedad toresana en toda la extensión de la palabra, una vida de ayuda, esfuerzo y vivir trabajando y ayudando a todos sin esperar nada a cambio. Ejemplo para todos los que en algún momento en Toro coincidimos con él en nuestras vidas, en el ámbito deportivo, la vida del señor Jesús fué sinónimo de figura paternal, consejero, un apoyo que sabía decir las cosas en su justo momento, y eso era palabra de peso. Respetado por todos, jóvenes y mayores. Desinteresado el apoyo, que estando con mis padres al pie del cañón en muchas ferias y muchos momentos que sabía que era necesaria su presencia y compañía. El deporte toresano llora su pérdida, llora su ausencia, una figura irrepetible, respetada, hoy añorada con mucho cariño. Me atrevería a decir que somos todos los que lo conocimos y otros que oyeron de su existencia, que en estos días echamos de menos y estamos tristes por su adiós. Donde quiera que esté, Toro siempre te recordará.

Elier Ballesteros (Toro)