Pasó la borrasca. Llovió un poquitirrinín, casi nada, al menos por mi zona, así que, si aplicamos sensu stricto la argumentación de Rajoy, la luz seguirá subiendo hasta que las nubes vuelvan a bendecirnos. ¿A bendecirnos? Sí, claro porque, en esto de los costes energéticos, parece que estamos en manos del Altísimo, como hace siglos. Oyendo al presidente del Gobierno, tan sensato él, tan comedido él, da la impresión de que en, ese terreno, hemos avanzado poco. Tantos microchips, tanta nano tecnología, tantos satélites, tanto Internet, tantos adelantos de toda laya y condición y resulta que si no llueve, no hay nada que hacer, a pagar la luz a precio de azafrán, o de trufa, o de menú en un restaurante con platos de nombres raros y kilométricos. Casi igual que cuando mi abuelo miraba al cielo en primavera y repetía lo de "nos jode mayo con no llover a tiempo". La diferencia es que ahora nos joden en enero, en febrero, en marzo?Cosas del progreso.

Tan complicadas están las cosas que algunos hemos vuelto a releer la Biblia a ver si en sus páginas encontramos alguna solución o salida. El Génesis asegura que, en el momento de la Creación, Dios dijo "Hágase la luz" y la luz fue hecha. Pero no explica si la relacionó o no con la lluvia, lo que añade mucha incertidumbre y misterio al caso. Si Jehová, omnipotente y omnisapiente, hubiese querido vincular la luz con la lluvia, lo habría hecho en ese mismo instante y ahora no andaríamos como andamos. Y Rajoy, que suele usar mucho lo de "como Dios manda", no habría dado tanto que hablar con su famosa respuesta. ¿Y qué manda Dios en este caso? Vaya usted a saber. He preguntado a varios amigos sacerdotes y, tras sonreír socarronamente, no me han dado una respuesta concreta. Hay quien es partidario de sacar ya en rogativas a crucificados, vírgenes y santos patrones y quien considera que conviene esperar porque, como reza una famosa anécdota, "de llover no está". Además, ¿quién nos garantiza que si llueve, bajará la luz? Del dicho al hecho?

De modo que vayan abriendo aun más el monedero porque no se atisba en el horizonte una bajada del recibo. Que si hay parón en las nucleares francesas, que si el carbón contamina, que si la energía solar es cara, que si la eólica no se puede almacenar, que si las centrales de ciclo combinado tienen no sé qué líos, que si el gas está por las nubes y los países productores se están poniendo las botas?Los argumentos y disculpas que estamos oyendo estos días me recuerdan una frase que le escuché al gran periodista Enrique Vázquez: "Tengo para ti malas noticias, pero excelentes explicaciones". Pues, eso. Claro que lo de excelentes habría que ponerlo en solfa. Ni Rajoy ni su ministro de Energía, Álvaro Nadal, de los Nadal de La Moncloa, han conseguido que los ciudadanos de a pie nos enteremos de por qué sube la luz, ni de por qué sube tanto, ni de por qué el Gobierno no puede hacer nada para que baje mientras las pocas compañías que operan en España se llenan los bolsillos un año sí y otro también y hacen y deshacen a su gusto en embalses que, en teoría, están en terrenos de todos y con el agua que, también en teoría, es de todos.

¿Ustedes lo entienden? A mí solo se me ocurre pensar que hemos llegado a tal grado de madurez y civilización que las compañías eléctricas mandan más que los gobiernos y la Economía, mucho más que la Política. Cae un euro al suelo y todos a cuadrarse.

Y ya que hablamos de entender, ¿alguno de ustedes es capaz de entender el recibo de la luz? Yo ya he renunciado a ello. Cuanto más bulto, menos claridad. O sea: cuantos más renglones, gráficos y cifras, menos información; se pierde uno en esa selva de guarismos y palabras raras. Y si acierta a salir, corre el riesgo de que la familia lo envíe al manicomio. Gente que entiende el recibo de la luz no puede estar en sus cabales, no es de fiar.

Este, precisamente, es un problema añadido al follón que nos ocupa. ¿Cómo mantener con buena salud mental a la población si todos los meses te pasan recibos de la luz para que los hojees? Tras arreglar la gripe con su contundente "Ay, ay, ay", la ministra de Sanidad ha pergeñado un plan infalible: el Gobierno regalará enchufes a quienes comprendan los recibos de la luz a la primera. Y a los que saquen nota se les buscará algún carguillo en Energía, Industria, Enseñanza o Cultura. Esa gente no se puede desaprovechar. No está España para dispendios, sobre todo después de saber que el recibo de la luz aumentará unos cien euros al año. ¿Y si lloviera o lloviese?