Recientemente ha visto la luz "Silencio", del director Martin Scorsese. Es una película magnifica que refleja la persecución contra los cristianos en el Japón del siglo XVII. Está basada en la novela del mismo nombre del escritor japonés Shusuko Endo. Esta novela, como el propio Scorsese ha reconocido, llegó a sus manos en el año 1988 y desde entonces "lleva dando vueltas" a cómo plasmarla en el cine, y lo ha conseguido tras años de reflexión y de intento de comprender el sentido de la apostasía. La película presenta a tres personajes principales, el padre Ferreira y dos de sus discípulos, los padres Rodrigues y Garupe. A estos dos les han llegado noticias de que su padre y mentor (Ferreira) ha apostatado de su fe, y ellos, pese al conocimiento de la persecución, como dos hijos en busca de su padre, se lanzan a buscarlo y a descubrir la verdad. Estos se enfrentan ante las dudas de si en verdad han hecho lo correcto o pierden el tiempo, o si por su culpa han empeorado la situación de los cristianos, y todo ello desde el silencio de Dios, que parece que permanece callado e indiferente.

El gran inquisidor japonés contra los cristianos, después de haber matado a muchos, entre los que se encontraban numerosos sacerdotes, se da cuenta de que solo hará que los sacerdotes apostaten de su fe si tortura al resto de cristianos y los culpa a ellos de su sufrimiento. Uno de los jesuitas al final, después de haber sido fiel a sus convicciones y a su fe, por el bien de los otros, tiene que pisar la imagen de Cristo y, por tanto, apostatar. Es una escena terrible, donde se mezcla lo humano y lo divino, donde aparece la imagen de un hombre verdaderamente de Dios, que tiene que renunciar a lo que él es, se tiene que negar a sí mismo y eso le provoca "sangre, sudor y lágrimas".

¿Qué sucede tras su apostasía? A Rodrigues se le da un nombre japonés y una familia y dedica su vida, junto con Ferreira, a interceptar objetos religiosos en las aduanas. Han desistido de su identidad, han abandonado a Aquel que un día los llamó a ser misioneros? Pero nada más lejos de la realidad: pese a todo, la película nos muestra dos planos al final (que no desvelaré) que nos hacen intuir que no ha sido así. Uno no apostata nunca del todo: Cristo está en él, y él en Cristo. Finalmente, añadir que la fe no es cosa de héroes o de superhombres, sino de gente normal, de carne y hueso, que dudan y que en ocasiones tienen que renunciar a todo lo que son por el bien de los demás? Simplemente espero no haberte estropeado la película, sino más bien motivado a verla, y verla desde la verdad que tiene.