De vez en cuando, la Subdelegación del Gobierno en la provincia comparece para dar cuenta pública de los datos estadísticos sobre la seguridad ciudadana. Es casi los único que tienen que hacer y en lo que tienen competencia los subdelegados, un puesto venido a menos desde que el ahora crítico Aznar eliminara los gobiernos civiles a cambio del apoyo de los nacionalistas catalanes para que el PP, sin mayoría, año 1996, pudiera gobernar. Lástima que los de CiU de entonces no pidieran también la supresión de las diputaciones, que tanto Aznar como luego Zapatero no hubiesen dudado tampoco en conceder como precio de peaje para ocupar del poder.

El caso es que por lo menos aquí en Zamora, estas comparecencias suelen ser triunfales y positivas siempre, de lo cual nos alegramos muchísimo los zamoranos, lógicamente. Son, además, cifras razonables en una provincia tan despoblada y con una capital tan pequeña y pobre. Ya se sabe que una de las pocas ventajas que tiene la pequeña ciudad es precisamente esa: sus niveles de seguridad, por más que algunas de las cosas que por aquí ocurren, algunas veces, hayan servido para etiquetar a Zamora como una muestra de la España profunda en la que todo es posible. Hasta que en razón a un informe que ofrece una firma dedicada a la seguridad nos encontramos en medio de la inseguridad.

No será ni tanto ni tan calvo, ni una cosa ni otra, ni será la provincia una especie de tranquilo y plácido paraíso ni el lugar un tanto peligroso en el que sitúa a Zamora el referido informe. Cierto es que desde hace algún tiempo, pero ello no ha sido omitido nunca por la subdelegación del Gobierno, se han conocido casos de asaltos a viviendas con los moradores dentro, una de las formulas más peligrosas por la violencia de todo tipo que suscita o puede suscitar. De hecho, y de un tiempo a esta parte, en toda España, convulsionada por la crisis y otros motivos entre los que se encuentra la inmigración masiva y descontrolada en ocasiones de ciudadanos de países del Este, se ha pasado del miedo a salir de casa de la década de los 80, al miedo a estar en casa y que alguien pueda allanar tu hogar.

Los datos de esa empresa de seguridad aseguran que Zamora es uno de los territorios donde más alertas se producen por allanamiento y que ocupa el segundo lugar regional en el ranking regional de inseguridad. Claro que la estadística se confecciona en razón a las veces en que ha saltado el sistema de alarma de los usuarios de la empresa, aunque cabría alegar, llegados a este punto, que la alarma puede saltar y de hecho salta a veces sin ninguna causa, sin que nadie quiera asaltar el domicilio, lo cual no libra del susto correspondiente a los moradores de la casa especialmente si, como suele suceder, la alarma salta por la noche. No menos cierto es que la empresa reacciona de forma rápida y según los protocolos establecidos pero es obvio que algo no funciona bien si la alarma se dispara sin motivo. En cualquier caso debe servir de llamada de atención a todos, porque tampoco se pueden negar los robos que se han producido últimamente en hogares y establecimientos tanto en la capital como en la provincia.