Parece que el gozo de esos 4.000 millones que bancos y cajas habrán de devolver a millón medio de hipotecados españoles, según sentencia europea por el abuso de las cláusulas suelo que obligaba a pagar un mínimo fijo fuese cual fuese el índice del euríbor, puede irse al pozo, o al menos parte de ese gozo, dado lo que ya se empieza a saber al respecto, y sobre todo que Hacienda acecha, con Montoro frotándose las manos por lo que ello supondrá para sus arcas.

Por supuesto, el Gobierno ha sabido desde el primer momento de conocerse la sentencia que los bancos tenían que devolver lo injusta e ilegalmente cobrado.Ya había fallos judiciales sobre el asunto, llevado por particulares a los tribunales. Pero no eran tan claros ni rotundos como el dictado por Europa, ante lo cual hay que preguntarse una vez más como se ha podido producir esta circunstancia, qué hacían mientras el Banco de España y los órganos reguladores. Así que entre unas cosas y otras, lo que se quiere ahora, y se dictarán medidas al respecto, es que lo bancos paguen y paguen cuanto antes, solucionando el problema de una vez, en evitación especialmente de que las demandas pudieran colapsar prácticamente la vida judicial, que ya bastante trabajo tiene de por sí. Solo por corrupción, en los últimos 15 meses, más de 1300 imputaciones a cargos públicos, de las cuales más del 70 por ciento se están castigando con condenas. Así que mejor intentar aprobar esta asignatura que tienen pendientes las entidades financieras que , además, aun deben 70.000 millones por el rescate al sector.

No va a ser nada fácil la cosa, sin embargo, porque como para querer desanimar a los afectados ya se han dado a conocer algunos aspectos con los que no se había contado. La gente con derecho a devolución esperaba y espera encontrarse con una especie de paga extraordinaria, cuando sea, que siempre vendrá bien, caída del cielo, y quien más, quien menos, ya tiene echadas las cuentas de lo que su banco le ha de devolver. Con intereses por demora incluidos. Pero resulta que la mayoría de los hipotecados ya ha desgravado fiscalmente en el IRPF por este concepto, lo que supone que las cantidades desgravadas ya no sumarán.Y por lo intereses de demora habrá que pagar los impuestos correspondientes al hacer la declaración de la renta. Añádase el pago de abogados si hay que acudir a ellos, así como otras gestiones que puedan derivarse de los trámites. Total, que no se sabe bien si será lo comido por lo servido, y si merecerá la pena las molestias, especialmente en determinados casos, por lo que se advierte ya un cierto desánimo, aunque nadie renuncie a cobrar lo que es suyo, lo que le corresponde. Los bancos no pondrán fácil las devoluciones y se especula con que ya están buscando pactos y formulas para pagar lo menos posible. Entre ellas, hacer la devolución no con dinero efectivo sino con productos financieros. Las asociaciones de consumidores han tomado carta en el tema y están advirtiendo contra estas maniobras de resistencia pasiva de las entidades, aconsejando a los clientes que deben mantener la totalidad de los derechos y sin renunciar a nada. Pero es al Gobierno al que le toca mover ficha, ya.