El año que recién ha comenzado llega cargadito de subidas, alguna que otra congelación, casi siempre de salarios, además de Gemínidas, Bótidas, Cuadrántidas, Líridas. Ariétidas, Oriónidas, Leónidas, Pi-Acuáridas, Alfa-Monocerótidas, cuatro eclipses y una superluna. Los nueve nombres primeros corresponden a otras tantas lluvias de meteoros. Y es que el año astronómico que corresponde a 2017 estará marcado por varias lluvias de estrellas y meteoritos, una superluna en el mes de diciembre o cuatro eclipses, dos de Sol y dos de Luna, en febrero y en agosto. Posiblemente, incluso podrán llegar a observar las Bótidas de junio, una lluvia la mar de misteriosa, puesto que mantiene la incógnita del número de meteoros que se producirán a la hora

El año arrancará con las Cuadrántidas, una lluvia de meteoros en enero. Junto con las Geminidas y Perseidas, será una de las lluvias más activas del año. Ignoro si esta cantidad de fenómenos son buenos o malos, si tienen una interpretación o, simplemente, forman parte del calendario astronómico. Pero, tengo para mí que son demasiadas lluvias de meteoros en solo un año. Hasta ahora no han representado ningún problema, porque llegan a nosotros casi casi hechos polvo. Si alguna vez no se desintegraran lo suficiente en la atmósfera podemos correr un grave peligro. Porque allá donde caiga un pedrusco de estos, como tenga un buen tamaño puede armarla parda.

A los gurús, videntes, nigromantes, médiums, brujas y magos de todas las raleas, estas y otras cuestiones les vienen de perilla, porque les dan mucho de sí para sus juegos adivinatorios.

Doscientos meteoros por hora, la vez que menos, se me antojan demasiados meteoros en sesenta minutos. Al parecer, la Sierra de Zamora va a constituirse en uno de los principales puntos de observación, precisamente durante los primeros fenómenos que a nadie van a dejar indiferente. También los fotógrafos podrán ponerse las botas, la noche del 10 al 11 de febrero, porque el eclipse penumbral de luna que se producirá no se apreciará a simple vista, pero sí a nivel fotográfico. Los más emprendedores pueden encontrar un negocio que puede resultar lucrativo a poco que se sepa vender el contenido del año astronómico que, en 2017, llega a nuestras vidas rebosante de prodigios que afectan al astro rey, a la luna lunera, y a todas esas lluvias de estrellas.

Si no conllevan riesgo alguno, mejor son estos añadidos astronómicos que los otros relacionados con las subidas y los impuestos que, al parecer, van a seguir siendo el pan nuestro de cada día.