Los padres de Iván, alias "el terrible", por la magnitud de sus trastadas, habían demorado la hora de acostarse, entretenidos en colocar el belén, para dar alegre sorpresa a su hijo que llevaba ya un rato dormido. A medianoche se levantó al baño. Al dar la luz del pasillo contempló el belén instalado en un extremo del mismo y se dispuso a añadirle figuras de su agrado: un indio piel roja de plástico, una muñeca melenuda con su guitarra rokera y un pequeño avión destartalado que colgó del arbusto que cubría El Portal.

Cuando el niño volvió a su cama y retomó el sueño, empezó la pesadilla en el belén por causa de los juguetes intrusos. El pastor le señaló al piel roja que aquel no era su sitio y... cuidadito con el hacha. A la castañera no le inspiraba confianza la muñeca "hippy" de cuya guitarra salían alegres melodías que podían despertar al Niño. El piloto de la avioneta fue amenazado por espantar las truchas del pescador.

Llegó el rey Gaspar y puso orden recordando que todos eran juguetes, al cabo, en manos de los niños o los hombres, y que nadie sobraba en el belén.

Por la mañana, las figuras intrusas habían regresado a la caja de juguetes del niño, de donde no debieran haber salido. Sus padres eran muy ordenados y presumían de buen gusto.

1. Cuando Iván dejó colocados en el nacimiento sus extraños personajes, ya sospechaba que sus padres pondrían mala cara y contaba con reproches. No es de extrañar que soñara con conflictos entre los forasteros del belén y los de siempre del país. La pesadilla se convirtió en sobresalto cuando en sueños sufría viendo a su indio de plástico escapando a duras penas de los garrotes de los pastores, a su avioneta hecha astillas, de las que se servía la castañera, y a la muñeca melenuda intentando vanamente hacer sonar las cuerdas de su maltrecha guitarra. Ese día despertó con el recuerdo de la pesadilla; se acercó al belén y volcó las figuras que maltrataron a las suyas.

2. En el cole, Iván acudía a la clase de "Reli" aunque ni la ley de Dios, ni las tablas de Moisés limaban un ápice su conducta inquieta y transgresora. La profe les había propuesto la creación de un pequeño nacimiento con figuras que ocupasen no más de una caja de zapatos.

Al salir al recreo, Iván, por su cuenta y riesgo, colocó bajo el árbol del pasillo del cole su belén-diaporama.

Al volver del recreo, la familia de refugiados de Nazaret con sus particulares vecinos, había sido desalojada (órdenes del equipo directivo) so pretexto de acampar ilegalmente bajo el árbol laico.

3. Por la mañana, al levantarse, Iván observó que los juguetes habían sido repatriados a su habitación donde seguían durmiendo tras una noche tensa, en una caja de cartón, con parecidas comodidades a la familia del portal. Desayuna mirando el calendario de pared que anima a darse prisa pues ya queda menos para las vacaciones. Al tiempo que guarda en la mochila el bocata del recreo, introduce los muñecos marginados por sus padres y se encamina con la alegre compañía de los polizones a cuestas.

El belén del cole, situado en el rellano de la puerta del patio, acoge benévolo a los juguetes exiliados de Iván que son descubiertos con deleite por el resto del infantil alumnado. Cundió el ejemplo. Al día siguiente una invasión de personajes de juguete camina hacia el portal atravesando puentes de corcho y ríos de papel de plata. Atasco en los caminos. Los Reyes Magos protestan, a lo lejos, metiendo prisa.