España y los españoles, el Gobierno de la nación y las distintas instituciones no podemos permitirnos la vergüenza de que cada dos por tres, ante una situación de vulnerabilidad económica, se corte la luz a familias o personas solas en riesgo de exclusión. Un país y una ciudadanía que presumen de progresía no pueden ni deben permitir que en España se produzca un caso más como el de aquella anciana y tantas y tantas familias sin recursos que de la mañana a la noche se ven sin luz en su hogar.

De ahí la importancia del pacto que ultiman Ciudadanos, PP y Psoe, concretamente una reforma de la Ley del Sector Eléctrico para prohibir los cortes de luz a las familias más vulnerables. El acuerdo irá al Consejo de Ministros antes de que acabe este año. Menos mal que nuestra amada y nunca bien ponderada clase política tiene prisa para una cosa que en verdad urge y que constituye un problema para demasiadas personas en España. En nuestro país el recibo de la luz sale por un ojo de la cara. Hay que andar con mil ojos cada vez que se da a un interruptor, se pone la plancha, el microondas, la lavadora o la vitro, porque las compañías eléctricas son despiadadas e insaciables, las únicas que siempre tienen ganancias por muy mal dadas que vengan. Son de las que no perdonan. Al mínimo retraso, como tienen la sartén por el mango y el mango también, actúan en consecuencia.

A ver si alguna vez se hace una Ley justa y esta lo es. Pero también que nuestros representantes políticos tengan la bondad de una puñetera vez de que no carguen al resto lo que por ley tendrán que descargar a los consumidores vulnerables. Porque las Eléctricas son así. No se encomiendan ni a dios ni al diablo.

El nuevo sistema de tarifas dejará tres tipos de consumidores, a saber: el consumidor ordinario que pagará lo que determine el mercado eléctrico y los peajes fijos establecidos por el Gobierno, ahí es donde tendremos que atarnos los machos bien atados, porque nos van a pegar palos hasta en el carné de identidad. El consumidor con apoyo económico, que podrá acceder a un descuento de su factura si cumple con los requisitos del bono social. Y, por último, el consumidor vulnerable, a quienes los servicios sociales pueden ayudar a dar más plazo para pagar sus facturas o, en los casos más graves, impedir el corte de suministro.

Cabe esperar que no burocraticen en exceso este pacto que se me antoja razonable y necesario y a los que más lo necesitan les den las uvas cuando inicien los trámites. Tienen que ser flexibles, tienen que facilitar las cosas y las instituciones más cercanas arrimar el hombro todo lo que puedan y más. La prohibición de cortar la luz comenzará a aplicarse a partir de la primavera. Bienvenida sea ya que solo el pasado año en España se registraron más de medio millón de cortes de luz por impago.