Tras el maratón electoral vivido en el último y larguísimo año, toca a los partidos repensarse, reorganizarse, volver al taller y ver el estado del bólido. Es natural. Tan natural que, de hecho, todos los partidos estamos en lo mismo. El PP ya ha fijado fecha para su congreso a finales de febrero. El PSOE, que se ha quedado sin máquina tras salirse, como si dijéramos, de pista, trata de ver cómo se reorganiza, reinicia y relanza casi desde cero con un nuevo modelo. También Ciudadanos, que en diez años de vida solo ha conocido un líder, va a fingir que se renueva. Y Podemos, mi partido, anda buscando fecha próxima, al inicio del año, para replantearse a fondo su tarea. Concluida la carrera o la sucesión de ellas, los bólidos vuelven a los boxes y a manos de ingenieros y mecánicos. Concluida la Liga, los equipos de fútbol replantean sus plantillas, esquemas de trabajo y presupuestos. Concluido el ciclo electoral las organizaciones democráticas tienen el deber y la necesidad de reexaminarse, ver cómo pueden seguir siendo útiles para el fin que cada cual persigue y relanzar con energía su actividad.

No hablaré de los demás; allá quienes los forman, votan y financian. Hablaré solo de lo mío, de Podemos. Hizo fortuna en su momento una metáfora de Errejón para explicar nuestra dificultad añadida, como recién nacidos: "Nos ha tocado correr y atarnos los zapatos al mismo tiempo". No es fácil, en efecto, afrontar una sucesión de importantísimas elecciones con los mimbres tiernos y no siempre bien trenzados con que una gran organización política tiene por fuerza que nacer e ir formándose. Un partido de ámbito y ambición nacional no surge de la noche a la mañana, con las raíces deseables y la implantación territorial que siempre es necesaria. A nosotros, nacidos de una coyuntura social crispada, nos ha tocado, con un esfuerzo infinito y sin entrenamientos previos, pensar sucesivamente en términos europeas, autonómicos/locales y nacionales. ¿Qué podemos hacer por Europa?, para las europeas. ¿Qué podemos hacer por Castilla y León, por nuestros municipios?, cuando llegaron las autonómicas y municipales. ¿Qué podemos hacer por España, por nuestras gentes, por la mayoría social de aplastados por la estafa que siguen llamando crisis?, cuando llegaron las generales. Nuestro poco o mucho talento, nuestras pocas o muchas fuerzas, nuestras mejores gentes, se fueron poniendo al servicio de esos objetivos absorbentes e irrenunciables. Para lo que nunca nos acabó de quedar hueco fue para "atarnos los zapatos". Siguieron y siguen desatados. Para la organización interna, para armarnos como partido, para construir la organización que nuestros crecientes millones de votantes esperan y merecen, nunca tuvimos el tiempo suficiente. Es nuestra gran, gran tarea pendiente. Y a solventarla dedicaremos, estamos dedicando ya, buena parte de nuestras actuales energías.

Lo explico a modo de disculpas preventivas. Tendrán que perdonarnos si en los próximos meses nos ven más preocupados de lo interno, de lo nuestro; que de lo externo, lo suyo, lo común, lo de todos. No es que nos hayamos vuelto egoístas ni que de pronto nos haya atacado el virus del politiqueo malo. Es, sencillamente, que tenemos que atarnos los zapatos para no volver a caernos, una y otra, vez en las carreras electorales, tan llenas además de zancadillas. Tenemos el imperioso deber de intentar construir la máquina política más eficaz del mundo, para hacer frente a los tremendos y muy unidos adversarios. Pese a sus infinitas carencias organizativas y de implantación, Podemos ha logrado el apoyo de más de cinco millones de españoles, más de quince mil zamoranos entre ellos. Lo cual está muy bien, sí, pero no es suficiente. Necesitamos mucho más para parar los pies a un desorden económico y social que es injusto, insolidario y a la larga ruinoso para todos. Por eso hemos de aprovechar este paréntesis para ocuparnos de nosotros mismos, como organización. Tenemos que decidir, debatiendo a fondo, la ruta óptima de los próximos años y la forma óptima de organización para transitar por ella. Tenemos que atarnos bien atados los zapatos, porque Podemos no nació para ser un gran grupo de la oposición, sino para ser Gobierno, a todos los niveles. Y si desorganizados hemos llegado adonde ven, imaginen cuando nos organicemos.

Perdonen, pues, si en los próximos meses nos pillan algo distraídos. Podemos, el gran Podemos que necesita este país y que urge en provincias agonizantes como Zamora, ha entrado en boxes. Necesitamos, no que luzca más bonito, sino un nuevo motor que multiplique potencia y revoluciones. Es nuestro gran reto.

(*) Periodista, escritor y secretario general de Podemos Zamora