Después de más de un año, sesión de control al Gobierno, marcada desde el principio por la luctuosa noticia de la muerte de Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia imputada en el caso Taula, y que ya no era militante del PP, según se encargaron en su momento de repetir, una y otra vez, los dirigentes del partido que ahora, en impresionante ejercicio de cinismo, llegan a culpar de su muerte a los medios de comunicación, se entiende que por publicar la pertinente información sobre el asunto de corrupción que la la justicia investiga. Una vez más, la tendencia fácil y demagógica del partido arremetiendo contra la prensa, solo rota por el expresidente Aznar que en sus declaraciones sobre el óbito se refirió expresamente a la exclusión por el PP de Barberá, que ahora pertenecía al grupo mixto del Senado y a la que solo unos días antes, en la apertura de las Cortes, sus antiguos compañeros habían rehuido.

Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento y ahí saltó la desagradable sorpresa de ver como los parlamentarios de Unidos Podemos abandonaron el hemiciclo, por no querer participar de lo que entendían que era un homenaje a la corrupción, dijeron algunos, aunque su líder, Pablo Iglesias, como los líderes de los demás partidos, expresó sus condolencias a nivel personal. En cambio, sus senadores de si que asistieron al acto de recuerdo. Pero Podemos ha quedado definido del todo, porque lo cortés no quita lo valiente, ni lo valiente quita lo cortés. Movidos por el resentimiento y el radicalismo de izquierdas, agudizan todas y cada una de sus posturas, mientras la gente, que al principio recibió con cierta esperanza esta nueva opción, se aleja cada vez más de ellos, con auténtico temor, pues es mucho más lo que se perdería, sin duda, que lo que se pudiera ganar si algún día llegasen al poder.

Por lo demás, no hubo otras sorpresas en el pleno. Rajoy vuelve a avanzar que continuará con sus políticas anteriores, lo cual no es nada nuevo, pero pone los pelos de punta, sobre todo cuando indica que al menos de momento no quiere subir el IVA ni el IRPF, lo cual señala el camino de un incremento irremediable y no tardando, pues sabidos y sufridos son sus incumplimientos. El tema laboral también ocupó protagonismo, con Rajoy pidiendo sugerencias y aceptando un nuevo salario mínimo y con la ministra de Trabajo asegurando que nadie cobra menos de 655 euros al mes, ignorando las estadísticas y el trabajo por días y aún por horas. Mejor Cospedal, la titular de Defensa, que se mostró firme en defender las partidas de su ministerio, pues el país está amenazado, dijo. Y bien igualmente, el ministro de Educación que reiteró el interés del Gobierno en acabar con la lacra del acoso escolar, informando que en los 22 días que lleva funcionando el teléfono dedicado a denunciar estos casos, se han recibido más de 900 llamadas, por lo que volvió a urgir la cooperación rigurosa de los centros escolares.

Importante, también, con los votos de PP, C's y PNV, el echar atrás la propuesta independentista para que se pudiese votar a partir de los 16 años, un disparate que recuerda aquellos tantos otros dislates de la época del nefasto Zapatero, cuyo partido, el PSOE, vaga ahora descabezado y como alma en pena.