Cualquier persona, cualquier organización, cualquier empresa, cualquier Administración Pública, requiere de unas ideas claras y convincentes, de unos medios para llevarlas a cabo, de unas estrategias y tácticas, como de un sentido de la organización, de la adecuada gestión de tales medios, para conseguir eficacia y eficiencia en tales tareas; es decir, el máximo de resultados.

El factor humano es, consecuentemente, el más importante y fundamental para que los objetivos de las entidades se cumplan en el mayor grado posible, satisfaciendo, en igual medida, las demandas de sus destinatarios; a la vez, que se justifica social y económicamente su existencia.

Es por todo ello necesario que los recursos humanos estén adecuadamente formados, hayan sido objetivamente seleccionados, se arbitren medidas para motivarlos en el cumplimiento de sus trabajos, se estimule su afán de superación y entrega profesional, se les oriente y supervise con corrección y estilo, se les valore con equidad su quehacer, se les compense con generosidad sus esfuerzos, se les escuche con educación sus sugerencias y quejas, etc., lo que contribuirá a la existencia de un buen clima laboral, al óptimo empleo del factor humano y, en fin, al cumplimiento del objeto social de la empresa, de las competencias de las Administraciones Públicas, y de los estatutos de las organizaciones.

Como todo conjunto de elementos que han de cumplir conjuntamente unos objetivos, se precisa de una dirección de recursos humanos que posibilite que sean adecuadamente gestionados, para procurar que su aprovechamiento sea máximo y lograr los mayores resultados, procurando adaptar el capital humano a los nuevos retos, promoviendo las políticas de acción pertinentes, como las iniciativas que aporten valor añadido, el cambio de cultura; y estableciendo flujos de información y comunicación innovadores. Los conocimientos profesionales, la sensibilidad, la empatía, el sentido del deber, la actualización en las técnicas de management, comportamiento ejemplarizante, etc., son otras tantas características que debieran poseer quienes profesionalmente asumen el cometido de administrar a los trabajadores de una empresa, organización o Administración Pública.

Marcelino Corcho Bragado