No es la primera vez que escribo sobre la Cooperativa Bajo Duero, más conocida por Cobadu, cuya sede central está en la carretera de Moraleja del Vino. Si hoy vuelve a esta columna es para reconocer de nuevo su trayectoria y dar las gracias por las lecciones que obtuvimos el viernes pasado en la visita que junto a otras dos colegas y más de cincuenta estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales realizamos a las instalaciones de la que, hoy por hoy, es la primera cooperativa de Castilla y León y una de las más importantes de España. Y esta cooperativa, ¡quién lo diría!, nació aquí, sí, en Zamora, donde casi nunca pasa nada, donde en contadas ocasiones podemos presumir de algo y donde las percepciones con respecto al presente y el futuro de estas tierras suelen ser más pesimistas que optimistas. Sin embargo, a veces la realidad es tan tozuda que, aunque no queramos verla, se impone por sí sola, como en este caso.

¿Por qué razones es tan importante Cobadu? Lo es no solo porque en apenas 34 años de existencia hayan crecido como la espuma el número de socios (de 380 a más de 13.000), la facturación, la venta de pienso y materias primas, los rendimientos agropecuarios, las instalaciones, los nuevos productos y servicios que se brindan a socios y clientes o la expansión que ha tenido hacia otras zonas limítrofes de la geografía nacional e incluso hacia el país vecino, Portugal. Como se dice en su página web, "nadie podía imaginar que una cooperativa tendría un desarrollo tan amplio, diversificado y justificado. Han sido todos los socios los protagonistas que han edificado esta cooperativa abierta, solidaria, solvente y eficaz". Pues bien, creo que la clave está en la última frase del entrecomillado anterior, que resume una filosofía de actuación que ojalá otras cooperativas u organizaciones aplicaran a sus quehaceres y negocios económicos. Valores sobre los que se han construido las estructuras de una cooperativa que es un ejemplo a seguir por todos los zamoranos.

Y aquí quiero llegar. Dado que en estas tierras tanto se habla de las escasas posibilidades de desarrollo y de las dificultades para emprender nuevos negocios que impulsen el empleo, retengan a la población y contribuyan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, resulta que Cobadu demuestra a todos los zamoranos, incluyendo a las instituciones públicas y las organizaciones empresariales y sindicales, que aquí se pueden construir proyectos innovadores que, como en este caso, lleguen a convertirse en un modelo a nivel nacional e internacional. Por eso, amables lectores, cada vez que escuchen que en esta provincia o en las aledañas no hay perspectivas de futuro, cojan el coche y acérquense a Cobadu. Allí verán con sus propios ojos que el mañana con el que muchos soñamos para estas tierras está mucho más cerca de lo que creemos. Y ello gracias al trabajo de los socios, técnicos y dirigentes de una cooperativa ejemplar. Pero también a la humildad, la dedicación y la pasión de su gerente, el amigo Rafa Olea. Todos sois un gran ejemplo. De verdad.