Quizás la abstención fuera una decisión estratégica del Partido Socialista y de sus dirigentes más afines al Ibex 35 y a los poderes financieros, pero no fue una resolución política acertada, y mucho menos ética, con los militantes, afiliados, votantes de su partido. Abstenerse en la investidura de Rajoy, como "mal menor", por el bien de España, el falso desbloqueo institucional y su gobernabilidad, es la mayor mentira dicha (y el mayor error cometido) por los sociatas en los últimos treinta años. Muchísimos votantes del PSOE no logran entender aún que su voto, el voto de cinco millones y medio de ciudadanos, haya servido para hacer presidente de Gobierno al candidato de la derecha, a Rajoy, del PP, el partido más corrupto en la democracia española.

En su discurso para la investidura de Rajoy, el portavoz socialista del Congreso, Antonio Hernando, manifestó que el PSOE iba a desbloquear la situación en la que se encontraba inmerso el país y poner "fin a esta parálisis" por "coherencia" y "compromiso con España". Las bromas en las redes sociales no se hicieron esperar y los internautas no le perdonaron su radical cambio de postura. El converso Hernando no tuvo la dignidad de dimitir, y se tragó los sapos de cambiar, en menos de dos días, el No es No por la abstención vergonzante, no renunciando a las prebendas de sus cargos en el PSOE.

Lo que nos ha quedado bien clarito es la poca fiabilidad de algunos de nuestros políticos y de sus promesas electorales, en especial los socialistas de la abstención.

La últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas, CIS (malditas encuestas que mienten según los intereses de quienes las pagan) auguran al PSOE un gran descenso en votantes si hubiera elecciones ahora o en pocos meses. En plena crisis interna, los socialistas cosechan en octubre su peor registro de la historia de la democracia, con una estimación de voto del 17%, entre cinco y seis puntos por debajo de la encuesta anterior (23,1% de julio) y los resultados de las generales de junio (22,66%). ¡Vamos, un batacazo de los de órdago! Y actualmente siguen en caída libre, pues solo el 55,1% de los electores que apostaron por el PSOE en las elecciones generales del 26-J repetiría el voto socialista de celebrarse ahora nuevas elecciones. Es decir, el 44,9% de sus votantes le ha retirado su respaldo electoral en poco más de tres meses. Y algunos datos de los últimos estudios del CIS reafirman la tesis que el descalabro del PSOE está entre los sectores más dinámicos de la sociedad: los que viven en entornos urbanos, los jóvenes y los que están más formados, posiblemente son los que pueden ser más difícilmente recuperables para los socialistas.

No nos extraña esta enorme lista de desapegados del PSOE porque siguen empeñados, algunos barones autonómicos, casta dirigente actual y de antes, en no contar con los afiliados y simpatizantes para nada más que les voten cada cuatro años. Por ejemplo, las declaraciones del presidente de Aragón y secretario general del PSOE en esa comunidad, presidente por cierto con los votos de Podemos y de la Chunta Aragonesista, Javier Lambán, referirse a las primarias, a la participación directa de los militantes, como Operación Triunfo: "Voy a luchar para que en el PSOE se acabe la Operación Triunfo". Estas afirmaciones de Lambán no solo "atacan frontalmente a la base del Partido Socialista, a sus principios fundacionales, a los estatutos, sino que suponen un ataque tremendo y un desprecio a los militantes socialistas". El arduo problema actual del PSOE es que dirigentes de esta calaña intentarán perdurar ellos por encima de todo, agarrados a los cargos, a los sueldos, a los privilegios y a las puertas giratorias. Y estos sociatas, abstencionistas, ahora bien protegidos por sus amigos del Ibex y de los poderes financieros, no buscan la unión del socialismo, ni su recuperación en el ámbito español. La militancia, su participación directa en los asuntos del partido, es esencial, lo más importante del PSOE. No se puede despreciar, de esta manera, a los afiliados, simpatizantes, y acabar con la ilusión de muchos militantes y con el proyecto socialista.

El caso es que miles de votantes y militantes socialistas andan ahora en el limbo, fuera del PSOE, pero sin recalar en Podemos u otras formaciones políticas de izquierda. Están ahí en "stand by", pero desafectos enormemente con las últimas decisiones del PSOE de la Gestora que lidera J. Fernández con la mano derecha de la sultana del Guadalquivir, Susana Díaz. Poca transparencia y escasa legalidad son características de la Gestora de Javier Fernández y Mario Jiménez.

Al PSOE que salió del último Comité Federal y de la Gestora no le queda más remedio que salvar los trastos del partido, aunque se quede, en un futuro cercano, en la tercera fuerza política del país con no más de 40 o 45 diputados. Pero de seguir las directrices de la actual Gestora habrá una migración de votantes y militantes socialistas hacia una izquierda más transversal y progresista. Qué quedará de este PSOE si muchísimos militantes de la corriente interna IS, Izquierda Socialista, se van, así como los socialistas catalanes, o muchos del País Vasco también, y lo mismo de otras comunidades autónomas.