Ya no habrá más elecciones, de momento, una vez formado el nuevo Gobierno de Rajoy, pero lo que sigue habiendo son encuestas, ahora a ver cómo valora el personal a los ministros, como se considera la situación política y qué se opina respecto a la duración que pueda tener el Ejecutivo en minoría. Entre otras cosas, más que nada para distraer un poco, se supone, a la gente de la calle que ha quedado harta de todo lo ocurrido y que lo que quiere, sobre todo, es que las cosas arranquen y funcionen. Pero por lo que cabe deducir de la primera encuesta aparecida al respecto, el pasado fin de semana, sin confianza alguna ni en Rajoy ni en su nuevo Gobierno.

Apenas si un poco más del 22 por ciento de los consultados ha expresado una opinión favorable cuando se le ha preguntado si esperaba que Rajoy gobernará ahora mejor que antes. Porque todos los demás creen que todo seguirá igual si no peor. De hecho, consideran mala la situación política un 40 por ciento de los consultados y peor aún el 47 por ciento, que la consideran muy mala. La desconfianza que Rajoy inspira es tanta que más de un 70 por ciento están seguros de que ni siquiera cumplirá los acuerdos de regeneración democrática firmados con Ciudadanos a través de las famosas 150 medidas y mucho menos otras de sus promesas. En cuanto a la duración que se presupone a este Gobierno en minoría, el 52 por ciento apuesta por un máximo de dos años.

No parecen, pues, unas impresiones optimistas sino todo lo contrario, en una población resignada y que no ve soluciones en perspectiva, dados los graves problemas a los que habrá de enfrentarse el Ejecutivo, como la intención independentista de Cataluña, el paro, el mercado laboral en precario, los recortes a que vuelve a obligar Bruselas por la gran deuda pública en que incurrió el Gobierno en el primer mandato de Rajoy, y la corrupción que no cesa, y eso que de la corrupción se sabe solo la mitad de la mitad y de esa mitad la otra mitad. Algo más del 50 por ciento de los encuestados han expresado su repulsa al nuevo Gobierno aunque un 40 por ciento se ha alineado a favor.

No hay valoración de Rajoy, tal vez porque ya se conoce demasiado pues lleva años y años siendo el político en ejercicio peor valorado. Pero sí la hay del resto de sus ministros, al menos los que ya son conocidos de la etapa anterior o de otros cargos políticos, como es el caso de Cospedal que resulta la menos valorada y en la que menos confianza se deposita. Por contra, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría es la que mejor cae y a la que se contempla como más eficaz y con más posibilidades reales de mostrar su valía, aunque ya no vaya a ser la habitual portavoz del Gobierno.

Todo eso por un lado y por otro, el sondeo del CIS, que aunque sin nuevas elecciones a la vista refleja un leve aumento de intención de voto al PP, que llegaría al 34 por ciento, y el desplome absoluto de un PSOE a la deriva que se quedaría con un 17 por ciento, claramente superado ya por Podemos, que pasaría a ser el primer partido de la oposición, con un 22 por ciento. Lo que cabe esperar.