Hola, Joaquín: Discúlpame que te suelte esta parrafada sabiendo que hace poco tiempo formabas parte de la gran familia socialista en la que parecía que estabas muy bien ajustado.

He leído con atención el exabrupto que publicaste el pasado jueves en este periódico, titulado "El erial". Como terminas tu columna con una estrofa poética yo quiero empezar con otra, pero de un poeta más positivo, don Pedro Calderón de la Barca, también español y tú estoy seguro que no has olvidado de tus estudios, "... la república mejor/ y más política es/ del mundo, en que nadie espere/ que ser preferido pueda/ por la nobleza que hereda/ sino por la que se adquiere/...".

Lo primero que me sorprende es por qué estas tan enfadado si ya no militas en el partido, deberías explicar a los que hemos sido tus compañeros los agravios que te hemos infligido, que deben ser muchos y grandes, pero eso debemos suponérnoslo porque no lo dices, mientras no lo sepamos no podemos tomar en serio tu deshago.

Lo de tu socialismo debió de ser un subidón que aprovechaste para medrar, que lo hiciste hasta el límite de tus posibilidades intelectuales, de ello te vino el fracaso del que parece que adquiriste un gran resentimiento. Eso en el mundo intelectual al que tú perteneces por profesión tiene muchos nombres, a mí no gustaría que me adjudicaran ninguno de ellos, no quiero dejarle esa herencia a mis hijos. Tampoco me gustaría que a alguno de los míos le tocara ser alumno tuyo.

Los socialistas de corazón siempre creemos que lo último de la esperanza está en la generosidad de los seres humanos, estás hablando mal de unos cuantos compañeros que siguen en la lucha por hacer un país más justo, donde no haya que mentir más a nuestros hijos diciéndoles que algún día la igualdad entre los seres humanos será una realidad porque ya se habrá conseguido.

Yo he sabido de siempre que hay gente a la que le divierte aconsejar a los demás qué deben hacer sin pedírselo, pero tú no haces ni eso. Al referirte a "otros protagonistas, desde otros valores, con otros ideales, nunca con la vieja guardia". Si son tus valores y tus ideales, me refiero a los que demostraste durante tu militancia en el PSOE, mejor los pones en un baúl y lo cierras con siete llaves para que no se escapen.

Lo de la "vieja guardia", no acabo de entender lo que quieres decir, porque los nombres que citas a continuación por edad no pueden haber alcanzado el adjetivo de viejos ni siquiera metafóricamente. Lo de "las corrupciones en que han crecido", ¡te enteras ahora que estás fuera del partido! ¿Qué diablos hacías, además de cobrar dietas, cuando estabas de flamante diputado provincial? La mayor corrupción que existe es la de cobrar por algo que haces en lo que no crees. Utilizo el verbo cobrar porque tiene reminiscencias cinegéticas. ¿Estuviste de furtivo en el partido?

Y ya que invocas el nihilismo, tu columna, como máximo, adquiere la categoría de panfleto de retrete de vieja estación de ferrocarril. Te sugiero que leas las Odas y los pensamientos de Horacio: "Aequam memento rebus in arduis servare mentem". Lo traduzco para los lectores: "Acuérdate de conservar la mente serena en los momentos difíciles".

(*) Concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende