Cuando a la entrada del románico Puente de Piedra de Zamora existía una torre por el lado del arrabal de Cabañales, allí estaba el oratorio de la Virgen de la Guía.

Saliendo de la ciudad hacia el barrio de Cabañales y sobre el último ojo del puente, a mano derecha, se encontraba el oratorio de Nuestra Señora de la Guía que, aunque de pequeñas dimensiones, era objeto de alabanzas por parte de cuantos transeúntes salían de la ciudad hacia Cabañales o viceversa, entraban por el Puente de Piedra. Todos elevaban una plegaria a la Virgen de la Guía y pedían que les guiase por buen camino.

No hay datos concretos del origen de la torrecilla u oratorio de Nuestra Señora de la Guía, que pudo ser en torno al siglo XIV, época en que se construyó el puente, aunque hay una leyenda de la aparición de la Virgen en aquel lugar y por ello se erigió el oratorio. Se conoce que en 1795 su estado consistía en un colateral de talla con vidriera de cristal que ocupaba el camarín donde existió Nuestra Señora; dentro del camarín se encontraba la imagen con su Niño, la cual lucía una vistosa corona, toca de tela guarnecida de encaje, y el niño con túnica de tela azul. Por fuera del camarín había una imagen de san Joaquín, dos ángeles y el Espíritu Santo en figura de paloma. En ambos extremos del altar mayor, dos tarjetas de concesión de indulgencias con marcos dorados.

En el mismo año de 1795 se siguió un pleito sobre la jurisdicción de Nuestra Señora de la Guía, por si pertenecía a la parroquia de San Simón (hoy Santa Lucía) o a la del Santo Sepulcro, entre el prior don Antonio José Andreu y don José Mostaza, consorte de doña Josefa María Rivera, única heredera de los bienes, acciones y derechos que quedó a su fallecimiento su padre don José Rivera, que es a quien pertenecía el oratorio de Nuestra Señora de la Guía.

Sustanciado el pleito, después de haberse medido la distancia que hay desde la iglesia del Santo Sepulcro al Oratorio de Nuestra Señora, y de este a la parroquia de San Simón, aunque había menos distancia a la parroquia de San Simón, quedó probado que la feligresía del Santo Sepulcro llegaba hasta un agujero que existió a la mitad del puente; por lo que se dictó auto definitivo, con fecha 24 de noviembre del año 1789 por el licenciado don Nicanor Lozano Alonso, de la Universidad de Salamanca, provisor y vicario general de este obispado, en el que se daba amplias facultades al prior del Santo Sepulcro para ejercer su jurisdicción sobre el oratorio de la Virgen de la Guía.

Actualmente Nuestra Señora de la Guía se encuentra en la capilla mayor del Santo Sepulcro, adonde fue trasladada el año de 1851 al hacerse el derribo de su oratorio junto al puente.

Constituida la Real Cofradía de la Virgen de la Guía, celebra cada año su festividad el día 1 de mayo con diversos actos, de los que destaca la procesión que se desplaza hasta el Puente de Piedra, donde se realizan unas "venias" ante el sitio en que antiguamente estaba la capilla. Al paso de la procesión por el convento de las Dueñas hay un alegre repique de campanas. Luego, se completará la jornada con diversos festejos populares.