Solo me falta la música que corresponde a la inmortal partitura de Beethoven. Tratándose de Elisa Torre Barrio, la melodía va con ella misma, al ritmo que imprimen sus manos y su imaginación. Manos de artesana de nuestro tiempo, es decir, moderna y vanguardista cuando la inspiración se lo demanda, clásica cuando se requiere, eficiente y eficaz siempre. Si el artesano es el que realiza sus trabajos a mano con la única ayuda de algunas herramientas manuales, Elisa hace honor a ese título que requiere destreza y habilidad.

Cuando tanto se habla de la falta de oportunidades para los jóvenes que, a veces, es tan solo falta de iniciativa, Elisa demuestra cada día en su atelier que querer es poder, que si se tiene un sueño o una ilusión por cumplir hay que luchar por ellas con ahínco. Cierto es que también hay que arriesgar, pero no es menos cierto que el éxito solo es posible cuando arriesgas. Y esta joven artesana que ve poco a poco cómo sus sueños van tomando forma es consciente de que la persona que no arriesga nada, no hace nada, no es nada, no tiene nada y no llega a ser nada.

Ella se lo ha jugado todo a la carta de su conocimiento y dominio en materia de complementos, que van desde tocados a bolsos, pasando por infinidad de "artilugios" sobre todo femeninos, pero también masculinos sobre los que constantemente innova. Elisa tenía muchas ganas de hacer como una especie de presentación en sociedad, de mostrarse en vivo y no solo tras la luna llena de un escaparate. Hoy es el día. En el Parador de Turismo, a eso de las 19:00 horas va a mostrar su trabajo más exclusivo junto a otras muchas cosas que no van a pasar desapercibidas, fundamentalmente a los ojos femeninos, por su belleza, por su originalidad, por su exclusividad.

Y como Elisa es una joven de su tiempo que conoce las dificultades por las que tantas familias atraviesan, ha querido que el acto social que hoy protagoniza sea solidario, dedicando la venta de entradas a la Asociación Compartimos Contigo. "Ningún niño sin comer, ningún niño sin jugar, ningún niño sin reír" que, poquitos a poquitos va haciéndose un huequecito en el mundo de las ONG y en el corazón de muchos zamoranos. Cinco euros por un pedacito de papel que da derecho al sorteo de una cesta de productos de perfumería que Mercedes Feliz, de Marionnaud, realiza con verdadero primor. Y, además, al final un vino español que es más que un vino.

La entrada de Elisa en sociedad es por la puerta grande y además, enarbolando la bandera de la solidaridad, de la generosidad que es un rasgo principal en ella. Elisa tiene intención de seguir arriesgando, porque si cae, se levanta; si se equivoca, aprende del error cometido y arriesga aunque falle. Elisa es una ganadora nata. Solo los perdedores no caen, no se arriesgan, no se equivocan, no se atreven, no aman, no sueñan, ni luchan por lo que quieren. Elisa arriesgó quedándose en Zamora y hoy quiere dar las gracias a todas las personas que aplauden su trabajo.