Empieza a ser preocupante la actitud del primer secretario del PSC, Miquel Iceta Llorens, con respecto al PP y a Mariano Rajoy. Su odio al Partido Popular es enfermizo y preocupante. Contagiado por el "no es no" de Sánchez no se apea de su postura ante una posible abstención del Psoe para favorecer un más que necesario gobierno de España. Estaría diciendo lo mismo si fuera al revés. Al revés fue en el País Vasco cuando el Partido Popular en aquella comunidad propició la investidura de Patxi López como lendakari. De otra manera el socialista vasco nunca hubiera llegado a presidir la lehendakaritza. Hay que tener memoria para todo.

Iceta no es fiable. Ni siquiera para el propio PSOE. Iceta no es constitucionalista y no es la primera vez que se muestra tibio ante el referéndum secesionista y hacia actitudes de la CUP, Erc y otros partidos soberanistas entre los que el catalán se siente a gusto, más a gusto que entre los en teoría suyos, es decir, la gran familia socialista de España que debe recuperar urgentemente el espacio que las urnas le han negado, el espacio que en el organigrama político español debe ocupar el gran partido que siempre fue.

El líder de los socialistas catalanes, que últimamente parece fuera de sí, ha dado por zanjada cualquier posibilidad de sumarse a PP y Ciutadans en contra de la lista unitaria a favor de la independencia que han pactado Artur Mas, Oriol Junqueras y las entidades soberanistas manifestando que "yo me siento más cercano a Catalunya Sí que es Pot que a PP y Ciutadans". Catalunya Sí que es pot agrupa a Podemos, Icv e Izquierda Unida. No es de extrañar que ni en el plano nacional ni en el otro local se pueda contar con Iceta y la posibilidad de un cambio en ayuntamientos como el de Badalona. Cambios que serían positivos para una mejor y más plural gobernabilidad de este y otros consistorios.

Iceta Llorens encaja más en Podemos que en el Partido Socialista. A pocos extraña que este tipo dé un golpe de timón y acabe enrolado en las filas de cualquiera de esos partidos que preocupan al resto del PSOE, excepción hecha de Sánchez cuyas intenciones quedaron al descubierto antes de que viajara precipitadamente con su familia a Malibú, residencia de varias estrellas mediáticas, desde donde siguió encendiendo a la militancia. Que nadie lo dé por amortizado. Iceta también se ha instalado en el No. Precisamente por eso, el PSC no presentará una moción de censura en Badalona de la mano del popular Xavier García Albiol que le había ofrecido sus 10 concejales para desbancar a la cupera Dolors Sabater y nombrar alcalde al socialista Alex Pastor. No es no, para Iceta, en Badalona, en Cataluña y en el resto del territorio nacional. Lo va a tener crudo Javier Fernández, presidente de la gestora socialista, para evitar que este tipo no se salte a la torera la disciplina de partido. Sánchez ha dejado una herencia envenenada y sin que, a día de hoy, se conozcan sus últimas voluntades. A muchos preocupa, dentro y fuera de las filas del PSOE, la postura obcecada de Iceta, las líneas rojas que permanentemente establece.