De las guerras entre Castilla y Portugal, acontecidas en la segunda mitad del siglo XIV extraemos un lamentable asesinato ocurrido el 6 de diciembre de 1383 en Lisboa. El obispo de la diócesis de Lisboa y cardenal creado por el papa Clemente, don Martín Aunes, natural de Zamora fue arrojado desde lo alto de la torre de la Catedral lisboeta cayendo a la vía pública donde encontró la muerte. Este acto de barbarie de los portugueses se enmarca en el levantamiento que se produjo en Lisboa por el maestre de Avis contra el rey Juan I de Castilla.

Este rey había tomado el título de monarca de Portugal por derecho de su esposa Beatriz, iniciando una intervención militar en Portugal, lo que generó una rebelión popular. El maestre de Avis asesinó al favorito regente, conde de Ourem, y tras ello el pueblo llano se levantó contra el Gobierno a instigación de Álvaro Pais. Fue entonces cuando resultó muerto el obispo zamorano Martín Aunes. El levantamiento se extendió a las provincias, cobrándose la vida de la abadesa de monjas benedictinas en Évora, el prior de la Colegiata de Guimarães y el almirante de Portugal en Beja.

La reina Leonor huyó de Lisboa con la Corte y se refugió en Alenquer. Álvaro Pais propuso el matrimonio del maestre de Avis con Leonor para entregarse de la regencia de forma conjunta, pero Leonor lo rechazó.

El maestre de Avis fue elegido defensor y regidor del reino el 16 de diciembre de 1383, como defensor de los derechos del infante Juan de Portugal, primogénito de Inés de Castro. Trató de asediar Alenquer, pero Leonor huyó a Santarem y allí procedió a reclurtar un ejército y pidió ayuda a su yerno el rey de Castilla Juan I. Este emprendió el camino de Santarem y allí obtuvo la renuncia de Leonor a la regencia. Sin embargo, esto alentó la causa del maestre de Avis que justificó la revuelta en tanto que se había conculcado el tratado de Salvaterra de Magos.

El maestre de Avis fue proclamado con el nombre de Juan I de Portugal y, tras la derrota de los castellanos, obtuvo el control de las plazas portuguesas que aún le eran adversas. Desde la comarca de Santarem, emprendió el dominio de la región al norte del Duero. El 9 de mayo de 1386, Portugal e Inglaterra establecieron una alianza por el Tratado de Windsor por la que Portugal apoyaba las reivindicaciones legitimistas de los descendientes de Pedro I el Cruel, su hija Constanza y su marido Juan de Gante, que se intitulaban reyes de Castilla desde 1372. Sin embargo, la campaña agloportuguesa contra Castilla no tuvo éxito por lo que Juan de Gante y Juan I de Castilla negociaron un acuerdo a espaldas del rey portugués, el tratado de Bayona de 8 de julio de 1388.