Un reciente informe de Amnistía Internacional nos muestra la realidad de la pena de muerte en la actualidad. Hay muchas formas de asesinatos oficiales: fusilamientos, ajustes de cuentas, exterminios, masacres, "solución final", "ley de fuga", etc., pero llamamos pena de muerte, pena capital o ejecución cuando se provoca la muerte a un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito establecido en la legislación. La pena de muerte atenta contra un Derecho Humano fundamental y numerosas organizaciones condenan este crimen, luchando por la defensa de toda vida humana en numerosos escenarios.

Una mirada histórica nos muestra el desarrollo de la pena de muerte en los últimos tiempos. El primer país en abolir la pena de muerte fue Venezuela en 1863 continuando algunos países más, pero la tendencia a su abolición se hace notable después de la Segunda Guerra Mundial. El Protocolo n.° 6 a la Convención Europea de Derechos Humanos, aprobado en el ámbito del Consejo de Europa y ratificado por la mayor parte de los Estados del continente. Actualmente en 2016, 160 países han puesto fin a la pena de muerte, 104 son totalmente abolicionista, algunos lo han dejado para delitos especiales y 44 son "abolicionistas de hecho" y no aplican la pena capital desde hace más de una década como Bahamas, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago y algunas de las Pequeñas Antillas, en la India solo se ajustició a un reo de excepción y en Rusia, a pesar de estar vigente, no ha ocurrido ningún caso en los últimos años. Los países africanos son los últimos en suspender la pena de muerte.

Al menos 1.634 personas fueron ejecutadas en 2015. El dato supone un aumento de más del 50% con respecto al año anterior y es la cifra más alta registrada por desde 1989, el 90% ocurrieron en China, Irán, Irak, Arabia Saudita y los EE UU, el único país americano donde se ejecutaron 28 personas, la cifra más baja desde 1991, Texas es el estado donde se ajustician más reos.

Más de 320 personas fueron enviadas a la horca en 2015, la cifra más alta jamás registrada por Amnistía Internacional. China solo utiliza la inyección letal y todavía existen pelotones de ejecución en varios países.

La pena de muerte se usa como un castigo para crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho militar. En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía. También se castiga con pena de muerte, en algunos países musulmanes, la apostasía, la renuncia formal a la propia religión. En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política, los delitos por los cuales se aplica esta sanción suelen denominarse "delitos capitales", en EE UU solo se aplica en casos de asesinato, por otro, lado muchos Gobiernos lo han empleado en algún un momento de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir las disidencias políticas, muchos dictadores y Gobiernos corruptos han dejado tras de sí una serie de crímenes oficiales disfrazados de delitos políticos.

Ya es hora de que desaparezca la pena de muerte, ningún ser humano tiene derecho a arrebatar la vida a otro apoyándose en el poder político, en una legislación, en una ideología o en el ejercicio de la autocracia.

Tenemos que afirmar que la pena de muerte es degradante, cruel e inhumana. Pongamos por ejemplo para asegurar una muerte lenta y dolorosa, el código penal iraní dice y afirma que las piedras no deben ser grandes para que la muerte sea lenta y dolorosa.

Por no decir que la pena de muerte constituye una violación del derecho a la vida que consagra el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

(*) Presidente Liga Española pro Derechos Humanos y Federación Internacional pro Derechos Humanos-España