En muchas ocasiones se escuchan (puede que con o sin razón) críticas a nuestro sistema sanitario público y más aun en esta nuestra querida ciudad.

Pues bien, creo que también es justo reconocer y alabar que en ese mismo sistema sanitario se hacen las cosas bien, muy bien y con mucho cariño.

Y os voy a contar mi historia para demostrarlo. El pasado viernes 9 de septiembre, después de un accidente en el campo y las previas atenciones en urgencias, consulta de revisión y análisis del caso por el equipo de Traumatología, decidieron operarme.

Era la primera vez que me operaba y la verdad tuve miedo, pero la operación con alguna pequeña complicación salió muy bien, aunque había riesgos por la complejidad de la herida que aún hoy existen. Después he estado ingresado en la segunda planta del hospital hasta este pasado jueves 15, que me han dado el alta tras varias curas.

Bien, pues tras contar a grandes rasgos mi experiencia en el hospital, solo puedo resumir con una palabra lo que siento por todos y cada uno del personal que trabaja en esa planta de Traumatología y no es otra que gracias.

Gracias al personal de limpieza porque todo estaba limpio y en perfecto orden y por su cariño.

Gracias a los celadores por lo bien que hacen su trabajo y su simpatía.

Gracias a las cocineras porque sinceramente me ha sorprendido para bien la comida que realizan.

Gracias a las auxiliares por su estupendo trato, consideración y conversaciones.

Gracias a las enfermeras por sus explicaciones, atenciones y cuidados.

Gracias a la supervisora porque aunque no tuve la suerte de coincidir con ella en mi ingreso sé del buen hacer en su trabajo.

Gracias a los anestesistas por su gran trabajo y acompañamiento en el quirófano.

Gracias a los técnicos de rayos por su laborioso trabajo en quirófano y consultas.

Gracias a la administrativo de planta por su disposición en todo lo que hemos requerido.

Pero para finalizar mis gracias quiero centrarme en unos profesionales en concreto (se trata del equipo quirúrgico que me operó, me atendió en la primera consulta de revisión y me siguen llevando en la actualidad). Son el doctor González Sedes, la doctora Camacho y el doctor Barbera y más concretamente en los dos primeros por haber tenido más trato directo y seguimiento.

Como he comentado nunca me habían operado y me he sentido -desde el primer momento en la consulta pasando por el momento más tenso de la operación y hasta la última cura tras la que me dieron el alta- completamente atendido, protegido y cuidado.

Me parecen unos extraordinarios profesionales que dignifican la profesión de médico como yo aún no había visto. Y si yo siempre he reconocido y admirado la profesión de médico a partir de ahora lo haré mucho más, y en especial a este equipo médico.

Supongo que mucha gente pensará que cobran mucho dinero y están obligados a hacer esto y más, yo expongo que lo que yo he vivido está semana no está pagado, esta gente nos cura, nos atiende, nos estabiliza, nos salva, nos protege y eso no tiene precio.

Otra gente pensará que soy un exagerado al leer este texto, puede... yo solo sé lo que siento y es lo que cuento. Y siempre me enseñaron que de bien nacido es ser agradecido.

Lo dicho: ¡Gracias!

El paciente 1211-2

Rodrigo Carretero Miranda