Ya veis, compañeros socialistas, el pasado mes de agosto al senador del PP de Zamora Dionisio García Carnero el sol le debe haber calentado la cabeza, en mi pueblo diríamos: caletre, chola, molondra, mollera, sesera, testa y puede que alguna otra menos ortodoxa, ha juntado unas pocas letras, no muchas, y se las dedica al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Con una mente tan brillante como la del senador Carnero, a los socialistas no nos sorprende que vea a nuestro secretario general como un "mediocre soberbio", yo lo habría calificado como soberbio mediocre. Son las mismas palabras pero expresan mejor lo que usted piensa de él, vamos, son más académicas.

No es para menos, atreverse a decirle "no" al presidente en funciones señor Rajoy que ha tardado seis meses en entender el significado de una expresión tan corta como el "no" y eso además teniendo de asesor áulico al más brillante de los políticos nacidos en esta provincia desde Viriato, Fernando Martínez Maíllo, en verdad es una osadía. Yo le voy a pedir a mi secretario general que se vista de saco y haga penitencia en un eremitorio durante un fin de semana, al menos, por no hincarse de hinojos al paso del presidente en funciones y "mandamás" del PP designado por un dios menor para mandar. Un país que sabe lo que quiere no debe interrumpir el mandato de los dioses en un momento tan delicado de su historia.

Yo soy socialista, qué error, verdad, seguramente que también mediocre y soberbio. Mire, senador Carnero, yo tampoco entiendo que darle el sí a Rajoy para ser presidente sea lo que necesita España para salir de la crisis, no solo económica sino también moral. En eso de elegir secretario general los socialdemócratas -ni los de aquí ni los alemanes, finlandeses o suecos, por citar unos cuantos- nunca atinamos. En adelante tendremos que estudiar los métodos de ustedes para no desbarrar. Bueno, hay quien dice que el método de ustedes es copiado del que utilizaron los romanos para elegir a Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico. En fin, cosas de la historia, que se pone de moda después de dos mil años.

Ayer vi posados en el Berrocal de la Viña una bandada de buitres, al anochecer me fui a un monte a consultar a uno de mis oráculos, el dios consultado me dio una respuesta ambigua pero un poco tenebrosa.

Senador Carnero, reconozco que la historia de su partido en este verano es un drama de acuerdo con la más pura tradición clásica, aunque todavía no se haya interrumpido en el estilo trágico clásico, por el pecado de arrogancia de algunos recién alcanzada la silla curul. Y yo me pregunto ¿Se puede ser buen político sin ser buena persona?