Bonnie Parker y Clyde Barrow fueron al crimen lo que Romeo y Julieta a la literatura. La pareja de criminales más legendaria de la historia protagonizó una de las persecuciones más espectaculares de la historia contemporánea de Estados Unidos.

Durante casi tres años, entre 1931 y 1934, el dúo criminal recorre el sudoeste americano sembrando el terror. La banda de Texas liderada por el exconvicto Clyde Barrow, en cuyas filas se encuentra su novia Bonnie Parker, atraca bancos pero se "especializa" sobre todo en el robo de pequeños establecimientos y gasolineras rurales. Aunque sus crímenes van más allá y Clyde lidera secuestros y asesinatos, manteniendo en vilo a un país sumido en la dureza de la Gran Depresión.

La prensa se hace eco de las hazañas delictivas de la banda criminal y, ávida de público, adivina un filón en la pareja formada por su líder, el exconvicto Barrow, enemigo público número dos, y su atractiva novia, Bonnie. Publica fotos halladas en un escondite abandonado por la pareja, en las que ambos aparecen en poses interesantes fumando un cigarrillo con natural elegancia. Las imágenes acompañan la narración de sus crímenes, dotándolos de un atractivo halo de leyenda. Nacía el mito.

Pero, ¿cómo acabó aquella joven camarera de Dallas convertida en la novia más buscada de América?

Una de las versiones más verosímiles argumenta que Bonnie conoció a Clyde en casa de unos amigos comunes, la víspera de Reyes de 1930. El flechazo fue instantáneo. Tenían 19 y 21 años. Bonnie se había divorciado de un asesino encarcelado con quien había contraído matrimonio con tan solo 15 años, Clyde era soltero y había sido detenido ya en dos ocasiones. Un tercer robo le llevaría a prisión tres meses después. Durante su reclusión comete su primer asesinato en la persona de otro recluso que le había violado en repetidas ocasiones.

Bonnie acude en su ayuda y le envía una pistola de contrabando a la cárcel. Clyde logra evadirse, pero es capturado y devuelto a prisión. En febrero de 1932 sale en libertad condicional convertido en un hombre ávido de venganza contra el sistema penitenciario que, al contrario de lo que debería ocurrir, le ha corrompido.

Bonnie le espera enamorada. Juntos inician su singladura de crímenes sabedores de que se hallan abocados a un único e ineludible fin: la muerte.

Cinco días después, el 6 de abril de 1934, un agente de policía cae mortalmente herido en Miami y un jefe del cuerpo es secuestrado y herido.

El FBI se halla tras la pista de la pareja de proscritos. El 13 de abril, un agente obtiene información sobre un futuro viaje de la pareja. Antes del amanecer de ese día, un pelotón de seis oficiales de policía de Louisiana y Texas, al mando del ranger Frank Hammer, les espera oculto tras la maleza de la carretera. Clyde detiene su Ford V8 robado, para hablar con el padre de su compañero Henry Methvin y reanuda su marcha a menor velocidad. Los justicieros, sin mediar palabra, abren fuego contra la pareja descargando los cargadores de sus escopetas, fusiles y pistolas. Disparan 167 proyectiles en total. Continúan su mortal descarga incluso después de que el coche se ha detenido.

Aquello fue un fusilamiento más que una detención, el descomunal tiroteo transforma a Bonnie & Clyde en víctimas.

Efectuado el último disparo, se acercan al vehículo. Los cuerpos de los amantes se hallan destrozados, cada uno de ellos ha recibido más de cuarenta balazos. En su interior encuentran varias armas de fuego, matrículas de automóvil y un saxofón.

El viaje de novios había llegado a su fin.

Su último deseo, ser enterrados juntos cuando su vida criminal llegara a su fin, nunca fue cumplido. La madre de Bonnie lo impidió. Los eternos amantes yacen en Dallas.

Las muestras de cariño protagonizaron el funeral de la bella Bonnie. El mayor homenaje floral fue enviado por un grupo de vendedores de periódicos de Dallas: el repentino final de Bonnie y Clyde les había supuesto la venta de 500.000 ejemplares.