Y mucho! Deberían importarnos mucho más a los zamoranos de la Zamora despoblada o casi. De la Zamora que no solo se hace mayor, se hace vieja, y en la que los niños serán, no tardando mucho, un lujo, deseados iconos de fotografía. No defiendo ni defenderé nunca que a los niños se les conquiste con regalos que los aíslan de la realidad, con dinero, con prebendas matriarcales y patriarcales que no conducen a una correcta educación de los chavalitos. Eso es una cosa, que se les trate como se debe tratar a la infancia en materia de educación y de alimentación, por citar dos de ellas esenciales, es otra cosa bien distinta.

Por eso no entiendo que Educación haya adjudicado dos comedores más, porque hay otros, a una empresa bajo sospecha, a una empresa que ya fue investigada por la aparición de larvas en sus alimentos, durante cursos pasados. Evidentemente, la empresa de marras ha podido mejorar, espabilar y hacer bien los deberes, solo que por eso no se la puede condenar a su desaparición o al desprestigio total. Los márgenes de confianza están ahí para aplicarlos.

Pero cuando te pones a leer la noticia y la propia empresa firma un compromiso, se supone que con Educación, comprometiéndose a mejorar la calidad y variedad de los distintos grupos de alimentos que llevan a los colegios, ¡ostras Pedrín!, salta la alarma. Luego, cuando compruebas qué pescaditos han venido dando a los niños, es como para retirar la licencia y abochornar a Educación por permitirlo. O, qué pasa, ¿a los niños hay que darles la escoria del mar, por muy bien cocinada que esté? No se trata de la cantidad, se trata de la calidad y en eso la noticia no dejaba lugar a dudas, mencionando los nombres de las especies, algunas desconocidas, que han venido endosando a los chavalitos.

Vergüenza debería dar a los que pecan por la paga y a los que pagan por pecar. Qué pasa, ¿Valladolid no se entera de lo que ocurre en Zamora? ¿Valladolid no toma cartas en el asunto cuando la incompetencia, la desidia o vaya usted a saber, llevan a ciertas situaciones? ¡Pobres niñicos míos! Prefiero un huevo frito en mi casa, fresco y con buen aceite.

Cursos pasados encontraron larvas de gorgojo, nombre que con solo pronunciarlo ya da asco, la Junta de Castilla y León investigó, o eso dijeron, pero no se derivó ninguna consecuencia grave para la firma de catering. En verdad digo que bastante pacientes y buenos somos los ciudadanos para lo que se merecen quienes nos administran. A ver si ahora se va a prestar más atención, por ejemplo, a los pezqueñines, dejándolos crecer, y a otros muchos animalitos del planeta azul, y a los niños que les den por el saco. Los humanos, bueno, los españoles y por ende los zamoranos, somos así. Le damos importancia a lo que no la tiene y a lo que en verdad la tiene se la quitamos por un vaya usted a saber qué razones.

A la autoridad pertinente no creo que haya que recordarle que los niños sí importan. Son el relevo generacional y parte importante, la que más, de ese futuro incierto de Zamora por el que pocos apuestan.