El 28 de agosto es la memoria litúrgica de san Agustín, nacido en Tagaste en el año 354. Su madre, santa Mónica, derramó abundantes lágrimas en la oración para pedir la conversión de su hijo. Agustín escribiría en sus Confesiones: "tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva". Ordenado sacerdote en Hipona después de haber escogido la vida monacal, fue consagrado obispo de esa ciudad en el año 395. Fue un importante pastor de su época, y escribió abundantes obras, que le han hecho ser declarado doctor de la Iglesia. Murió en el año 430 y sus restos se veneran en Pavía. Se le representa vestido de obispo o monje, con un libro en la mano, o con una iglesia, o con un corazón ardiendo (por sus facetas de teólogo y fundador, respectivamente, y por su célebre frase "Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti").