es domingo 14 por la mañana y una persona me pide, hasta me urge que escriba algo. Le pido que me describa qué le ha pasado. Su relato es sencillo: A la una de la madrugada acude con su padre a urgencias del Hospital Virgen de la Concha de la capital. Causa: días anteriores le habían intentado extraer en Madrid la muela del juicio, operación al parecer no muy lograda a tenor los síntomas de fuertes dolores que había experimentado los días siguientes. En urgencias se encuentran que tienen que esperar dos horas hasta que un médico les atiende. El recibimiento es carente de tacto, corrección humana. Al acompañante le quieren echar a la calle. La sala de espera abarrotada y pequeña. Quienes esperan tratamiento o al menos diagnóstico callan y aguantan. Dan "veces" en cuanto se enfadan y protestan. A las siete de la mañana, pasada la revisión, realizado el diagnóstico y puesto tratamiento, se despiden con un cierto descontento el acompañante y satisfecho de la atención médica el paciente padre. Esta mañana han acudido a mí para que escriba algo en el medio que tanto se lee, La Opinión-El Correo de Zamora. Y cumplo. Al mismo tiempo puedo leer en el mismo periódico del día 17 en la sección Comarcas lo siguiente: Vecinos de Carballeda denuncian falta de personal en el centro de salud de Mombuey. Dicen que hay un médico de guardia y cuando tiene que salir para una urgencia el centro se cierra. Con buen criterio se apunta que en verano la población aumenta y los médicos y personal sanitario disminuyen. Se habla de un centro amplio pero con falta de atención. En los hoteles y restaurantes se refuerza en estos tiempos el servicio. En salud parece que hay otros puntos de vista. El artículo se ha leído, a tenor de los muchos comentarios que ha recibido. Comentan los lectores que aquí prima el dinero, dinero, dinero y no las personas y sus necesidades. Y dicen, lo normal sería que en verano se aumentasen las plantillas, pero aquí el sentido común no existe.

En primer lugar manifiesto que la sanidad de zamora es amplia y compleja y que posiblemente este caso y situación no se dé en otras entidades sanitarias. Sería por tanto injusto e impropio deducir o colegir que toda la sanidad en Zamora o Castilla León es así, un caos, una desatención, una falta de todo. Igualmente el hospital mencionado tiene muchos servicios que regularmente atienden con grandes esfuerzos y profesionalidad y de los que no se habla. Se ve como normal y en consecuencia tampoco se puede generalizar. Las mismas urgencias atienden las 24 horas de cada día. El hecho, ojalá aislado, no da derecho ni al periodista ni a los afectados a generalizar, pero sí a contribuir mediante la información para que todo mejore y las autoridades puedan tener conocimiento y tomen nota de lo que se narra para contribuir a la mejora permanente de unos servicios ante los cuales existe una gran sensibilidad y que requieren una vigilancia cualificada, suficiente y de forma permanente, aumentando las plantillas, sin perjudicar los derechos de descanso que los sanitarios necesitan y en derecho les corresponde. Siempre hay interinos con ganas de trabajar. Tal vez si los centros comarcales de salud estuvieran mejor dotados en personal y medios podrían y seguro suplirían y mejorarían unas urgencias que habitualmente son muy demandas y que en no pocas ocasiones tampoco necesitan de especialistas de primera fila, sino medios técnicos y personal cualificado.

Es el campo de la salud en el que un personal, como es el de Zamora, está cada vez más envejecido y en épocas como la presente muy aumentado, por la cantidad de visitantes familiares oriundos de estas tierras que retornan a sus lugares de origen que reclaman más atención y se crecen las necesidades en estos días de verano. Y hasta por imagen no nos podemos permitir que comparen y deduzcan por los servicios recibidos que en su comunidad de residencia todo funciona mucho mejor. Pero por aliviarles sus dolencias, ya que acuden a la provincia con deseo de disfrute y serenidad, no pueden permitir nuestras autoridades y personal sanitario y administrativo de los centros de salud que se constaten tales deficiencias y desatenciones como las referidas.