Hemos recordado Celia, Mario y yo que Castilla y León, como todo el mundo sabe, es la región más extensa de España y de las mayores de la Unión Europea. Esta superficie esta compuesta por nueve provincias. Cada una de ellas tiene unas particularidades muy interesantes, como el medio natural, el patrimonio histórico, artístico y monumental, todas ellas se complementan formando una comunidad muy equilibrada.

Hoy vamos a hablar de Zamora, porque es el lugar donde hemos nacido y vivimos. También porque lo conocemos bastante bien y visitamos regularmente todas las comarcas de la provincia. Como es conocido, Sanabria es un lugar especial desde el punto de vista paisajístico, geográfico y por sus características culturales, humanas y hasta lingüísticas. Desde muy joven tuve la suerte de conocer y visitar esta comarca, tan exclusiva, cuando solo existía un Ribadelago, pues aún no se había producido la terrible catástrofe, producto de la corrupción, el oscurantismo y la especulación de un sistema autocrático.

Hablar de Sanabria es reconocer que existen varios espacios dentro de la misma comarca. Naturalmente el de mayor atractivo es el Lago de origen glaciar más grande e importante de España. En su entorno están pequeños pueblos con mucho interés y personalidad. En algunos de estos pueblos y durante muchos años hemos compartido, temporalmente, vecindad, sobre todo en los veranos.

Es muy comprometido señalar algunos lugares en la medida que, inevitablemente, se excluyen otros. No obstante, deseamos referirnos a San Juan de la Cuesta, San Martín de Castañeda o Lubián, por el lugar estratégico de sus emplazamientos y su historia. Y hablando de la historia el respeto y superación, hay que hablar de Puebla. Que en los últimos años ha dignificado su condición, como centro cultural, pero también su recuperación arquitectónica, modelo de gestión y participación vecinal.

Cuando se habla de Sanabria en España, no es solo hablar de un lugar en el mapa.

Lo más importante son las sanabresas y los sanabreses, que se han ganado un prestigio de trabajadores, personas honradas. En definitiva, gentes de bien, profesionales en una primera generación de emigrantes como de taxistas y autónomos de la hostelería. Sus hijos, la segunda y tercera generación, se han convertido en técnicos, profesores y sanitarios?

Cuando era muy niña, mis primeros recuerdos fueron en Ribadelago Viejo, viendo una estatua en la que estaban escritos los nombres de 144 personas que habían muerto por una presa rota. También recuerdo un invierno que en San Martín de Castañeda nos reunimos toda la familia y organizamos una excursión para ver los Tejos Milenarios. Además tengo recuerdos que guardo con mucho cariño y que tratan de mi campamento llamado Panator. Ahora mismo estamos en San Martín de Castañeda, donde nos hemos vuelto a reunir toda la familia.

Además me acuerdo de lo mucho que hemos disfrutado con la nieve subiendo a la Laguna de los Peces.

También, como mi hermana, mis primeros recuerdos fueron los regalos de mi cumpleaños con toda la familia reunida en San Martín. Ya con ocho años estuve por primera vez en un campamento, este estaba situado cerca de la playa de los enanos y al lado del río Tera. Los últimos años estoy pasando quince días en San Martín, aquí he hecho muchos amigos con los que juego todos los días al fútbol. Por las mañanas solemos ir a El Puente a hacer las compras para la comida. Así como comprar los periódicos y charlar con personas amigas y conocidas; por la tarde, después de comer, vemos un poco la tele y a continuación nos bañamos. Al atardecer, damos unos paseos desde San Martín hasta el refugio de los montañeros parando en los distintos miradores para admirar los distintos paisajes cuyo fondo es el propio Lago. Los días son variados con excursiones por toda Sanabria, incluyendo Portugal hasta Braganza.

Hemos visto el cambio radical, durante las últimas décadas, habiendo pasado de unas comarcas llenas de energía, con juventud y vida en la provincia de Zamora, también en el resto de Castilla y León, a convertirse en unas sociedades de abuelos, que son la inmensa mayoría de los actuales habitantes. Y aunque es un progreso la longevidad y un triunfo de la sociedad moderna, deseamos volver a nuestros pueblos llenos de jóvenes y niños.