El excelentísimo Ayuntamiento de la muy noble y leal Zamora se acaba de apuntar un tanto importante. Por fin, reina la cordura municipal y el equipo de Gobierno toma medidas contra los pintamonas. Contra todos esos y esas que no tienen otro pito que tocar que embadurnar muros, paredes, monumentos e incluso fachadas históricas. A los vándalos hay que castigarlos, el Ayuntamiento que preside el señor Guarido lo ha entendido así y por fin se dispone a arbitrar medidas que acaben de cuajo con el problema.

De poco ha servido el programa de limpieza de fachadas, que no estaba nada mal ideado. Los pintamonas lo han boicoteado de mala manera. Son como la grama, la mala hierba, que se corta y vuelve a nacer. Pintas tu fachada, con lo que cuesta, y ellos la repintan a su modo, dejándolo todo hecho un asco. Así tenemos la ciudad, echadita a perder. Solo que a partir de ya, se va a extremar la vigilancia. Nuestra avispada Policía Municipal no tardará en pillar a alguno de estos vándalos, cuya identidad hay que dar a conocer, como la multa que se impondrá al primero, a ver si de esa forma se disuade al segundo y así sucesivamente.

Las multas que están al caer van de entre 30 y 750 euros. Que apliquen la de mayor cuantía. Cada vez que llego a mi casa y veo cómo tienen el mármol de la fachada, pintarrajeado con saña, en colores negros que no se van ni repuliendo el mármol, me pongo de mala "milk". Conozco a un señor que ha pedido la perpetua para esta gente que parece incluso que lo hace a propósito. Por dos veces pintó la fachada de su domicilio, por dos veces, al día siguiente, apareció con pintadas.

No hay derecho que se nos tome así el pelo y mucho menos que se le tome a la primera institución local. El Ayuntamiento debe emplear la benevolencia en otras cuestiones de calado humano, pero no en estas. Y si los 750 euros son insuficientes, que se apliquen penas leves de cárcel. Esta gente que se dedica a guarrear Zamora no puede irse de rositas. No pueden hacer lo que les da la gana. Porque eso no es una forma de arte. Ni siquiera una forma de escape a sus frustraciones. Para eso hay talleres y escuelas que canalizarían muy bien sus fracasos.

Muchos zamoranos vemos mala leche en estas actuaciones. El Ayuntamiento, por fin, ha caído en la cuenta, se ha sentido insultado y actúa en consecuencia. Pero, por favor, que actúe, que no lo deje en buenas intenciones o en un titular de periódico para calmar la ira ciudadana. Y si cuando esto lo tengan controlado, hacen lo propio con palomas, golondrinas y otras volátiles que nos tienen las aceras hechas una mierda, anidando en nuestros tejados, los ciudadanos, por lo menos algunos, lo mismo hasta le hacen un monumento al señor Guarido.

Si es verdad que existe una Ordenanza de Convivencia y Prevención de Actos Vandálicos, donde están catalogadas este tipo de prácticas, que se aplique con total contundencia, porque esta gentuza embadurnadora está echando a perder la convivencia ciudadana, sin que la prevención haya surtido el necesario efecto. Las multas están al caer. Que les golpeen fuerte.