Según un estudio elaborado por la Comisión Europea, confirmado por el secretario de Estado de Educación, Mario Bedera, tras las pruebas realizadas a los estudiantes de Secundaria, repetir curso no es bueno "porque introduce al alumno en una vía muerta", y se constata que los repetidores rinden menos en comunicación lingüística, matemáticas, conocimiento e interacción con el mundo físico y en competencia social y ciudadana, que los que afrontan por primera vez el curso escolar.

Coincide esta opinión con los estudios del Informe PISA, que desde hace años apuesta por el apoyo personalizado en los primeros niveles de enseñanza, antes que por la repetición de curso. También con la opinión de los profesores, que ven convertirse a un porcentaje importante de alumnos en los conflictivos "repetidores" que, a falta de expectativas personales y sociales, se dedican a liarla en clase para afianzar su personalidad en esa "vía muerta" en que se ha convertido su educación.

No es de extrañar que, reconocida esta circunstancia por el actual Gobierno en funciones, el señor Rajoy tenga fundadas dudas para presentarse a la investidura para convertirse en presidente repetidor de curso. De acuerdo con las fundadas opiniones expuestas, lo más probable es que el presidente repetidor no hiciera más que "armarla" en la clase de país de desigualdades sociales que ha promovido en la legislatura anterior, sin más expectativas que seguir cumpliendo los mandatos de recortes de la Unión Europea que le han llevado a tener la peor nota de su carrera política.

Los sectores que le animan a seguir adelante con la investidura lo hacen diciéndole que es el que mejor nota de la clase política ha sacado en las dos últimas elecciones. Y es cierto.

Tan cierto como el caso de los alumnos que aprueban los cuatro cursos de la ESO, y por culpa de las leyes educativas impuestas por el Gobierno de Rajoy no tienen suficiente con los miles de días de clase, exámenes, pruebas, éxitos y fracasos superados? Porque de nada les sirve si no revalidan sus conocimientos en una sola prueba, un solo día, en el que se juegan su futuro educativo y profesional, su trabajo, una parte importante de su vida y de nuestra sociedad.

Las absurdas reválidas que ponen en duda los conocimientos de los alumnos y la capacidad de los profesores que han dicho, después de miles de pruebas y del conocimiento individualizado de cada alumno, que están suficientemente preparados para seguir estudiando.

Una reválida de investidura que ahora le toca pasar al presidente si quiere repetir curso político, de la misma manera que les toca pasarla a todos los estudiantes que han aprobado la ESO.

No es de extrañar que al presidente le pase como al del chiste:

-Que no quiero ir a la escuela por tres razones. Porque no tengo ganas, porque me aburro y porque los niños se ríen de mí.

-Pues yo te diré tres razones por las que sí tienes que ir: la primera, porque es tu obligación; la segunda, porque tienes sesenta años; y, la tercera, porque eres el maestro.

O lo que es lo mismo: porque eres el más votado, porque lo ha dicho el rey y porque eres el candidato a presidente.

Otra cosa es que a Rajoy deberían aplicarle los informes que coinciden en demostrar que repetir curso no sirve para nada. Que lo que tenía que haber hecho para aprobar el curso es trabajar día a día para la sociedad; ganársela a pulso a base de cercanía, respeto y comprensión de las necesidades de la gente.

Porque lo más probable es que si pasa la reválida de investidura y se convierte en presidente repetidor, siga liándola y armándola todos los días en esta clase de país? que seguirá en vía muerta.