En las "Memorias Históricas de la Ciudad de Zamora", la infanta doña Urraca, hija del rey Fernando I, protagoniza una época de la Historia de Zamora que pudiera ser la que más interés tenga para el conocimiento de nuestra ciudad. Desde aquel momento en que el rey Fernando hizo el reparto de sus reinos entre sus hijos Sancho, Alfonso, García, Urraca y Elvira; consecuencia de la ambición de Sancho, alegando derechos de primogenitura, Zamora fue sitiada y a partir de entonces surgieron las crónicas en torno a la persona de doña Urraca, reina de Zamora por designación de su padre.

Ya en las mocedades de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se dice que Doña Urraca estuvo prendada de aquel al que armó caballero en el templo de Santiago el Viejo. Mucho se dijo en torno a los supuestos enamoramientos de la infanta y El Cid, hasta hubo romances sobre escenas de celos con doña Jimena esposa de don Rodrigo.

En líneas generales, de doña Urraca se ha dicho que era una mujer muy virtuosa y que en la última etapa de su vida se retiró al convento; pero queda constancia en documentos que, en 1094 hay un privilegio del conde don Ramón y de su esposa doña Urraca haciendo donación y merced al obispo don Jerónimo de cierta jurisdicción sobre los clérigos de Zamora para una restauración. También, por aquella misma fecha, hay otro documento que, textualmente dice: "Privilegio del conde don Ramón y de su esposa doña Urraca confirmando derechos y exenciones a la puebla del Valle".

Tras la muerte de su hermano Sancho, Urraca continuó ejerciendo su señorío sobre la ciudad de Zamora y además fue una de las consejeras más importantes de su hermano Alfonso VI. Su inteligencia política le granjeó muchos enemigos que utilizaron las habladurías para desprestigiarla, acusándola incluso en los romances populares de mantener relaciones incestuosas con su hermano.

La vida amorosa de doña Urraca ha llegado a nuestros días inspirando algunas novelas de las conocidas como "novela rosa". En mis años de juventud, recuerdo que una de los escritores románticos de la época, Rafael Pérez y Pérez, escribió una trilogía en la que era protagonista doña Urraca. Los títulos de aquellas tres novelas eran: "La eterna enamorada", "El doncel de doña Urraca" y "Ha llegado el amor"

Más recientemente, en el 2007, asistí a la presentación de un libro, titulado "Urraca Señora de Zamora", escrito por Amalia Gómez, cuyo resumen es que, en un momento crucial de la historia de Zamora brilló con luz propia la apasionante figura de doña Urraca, hermana de Alfonso VI, cuya intensa y azarosa vida es para muchos un completo misterio.

Doña Urraca falleció cuando contaba 68 años, siendo enterrada en el Panteón de los Reyes del Templo de San Isidoro, en León. En Zamora nos queda el Palacio de doña Urraca como la más interesante referencia a la vida de la reina.