A propósito del, incendio que se declaró en el barrio de las Llamas el pasado 29 de julio, leí en la red social Facebook algunos comentarios sobre el origen del barrio de las Llamas.

Ciertamente, el reciente siniestro nada tiene que ver con que el barrio se llame así , porque con cualquier otro nombre podría haber ocurrido lo mismo. Claro que, en torno a la denominación del pago de Las Llamas hay toda una historia de lo más interesante: Hacia el primer tercio del siglo X, dice el historiador don Cesáreo Fernández Duro que una pavorosa erupción abrasó el prado de Las Llamas y también un barrio de la ciudad. Asegura que se levantó el suelo por la Fuente de las Llamas, con lo que el Valderaduey cambió su curso a la izquierda para ir a desembocar seguidamente al Duero.

En investigaciones que hice hace algún tiempo, ya había leído que una conmoción subterránea había cambiado el curso del río Valderaduey, que antiguamente corría por lo que ahora son terrenos de la estación del ferrocarril, y por la Puerta de la Feria, iba a desembocar en las inmediaciones de Olivares.

Las narraciones de los árabes atestiguan que hubo una conmoción terrible en el suelo: "Tembló la tierra, con tan espantoso ruido y estremecimiento, que cayeron muchos alcázares y magníficos edificios, y otros quedaron muy quebrantados. Se hundieron montes, se abrieron peñascos y la tierra tragó pueblos y alturas".

Asociado a aquel cataclismo se indica que el famoso puente construido por los romanos, arranque de la Calzada de la Plata, no llega más que a la mitad del cauce actual del Duero. Se asegura que no cayó aquella magnífica obra por alguna violenta avenida fluvial, ni que el tiempo carcomiera los sillares inferiores del puente. Solo por un terremoto se explica la caída de los robustos sillares y muros adheridos por el mortero de los romanos.

Todas estas consideraciones acerca de semejante fenómeno de la naturaleza, se recogen en las Memorias Históricas de la Ciudad de Zamora, del Académico don Cesáreo Fernández Duro.