Ellos tienen tanques, nosotros fe", ha dicho Erdogan. Una frase tan expresiva como delatora. Una fe acorazada y artillada es, sin duda, más eficaz que un tanque, pero ¿eficaz para qué? Respuesta obvia: para el combate. A Turquía le llega la hora de la verdad, y al llamado islamismo moderado también, pues hasta ahora la moderación no venía tanto de una doctrina tolerante con el infiel como de la necesidad de guardar ciertos equilibrios con el statu quo heredado. ¿Existe de veras un islamismo moderado, y es incluso compatible con el carácter confesional (islamista) de un Estado? En religión tan posesiva del creyente cabe admitirlo en individuos imbuidos de valores cívicos, pero no resulta fácil si hablamos del poder. El cristianismo democrático es posible porque el cristiano medio de Occidente, en el fondo, cree lo justito y practica menos. Cuando la fe es como un tanque, mal asunto.