madrid está cada vez más cerca de La Habana y de Caracas. Eso es lo que pretende Manuela Carmena. La judicatura perdió una pésima juez y la política ha ganado una pésima ejerciente. Si uno no quiere ponerse de mala leche, a esta gente tiene que oírla pero nunca escucharla. Como todo el mundo sabe, la alcaldesa de la Villa y Corte se ha inventado un nuevo modelo de seguridad que aplicar a Madrid donde gobierna en forma de show. Tras el controvertido "día sin bañador", ha regalado a los ciudadanos un nuevo anuncio: la implantación del sistema político-policial en los barrios de la ciudad. A fuer de ser sincera debo decir que esta señora, incapaz para la gobernanza, no ha inventado nada nuevo. Hace años que se inventó y puso en práctica en un país del Caribe, Cuba. Son los Comités de Defensa de la Revolución Cubana que tanto daño hicieron, precisamente, a la revolución de la isla.

Las "copias" de Carmena solo han podido funcionar en regímenes totalitarios, nunca en una democracia que, con sus cosas buenas y sus cosas malas, quiere sentirse consolidada y respaldada por la inmensa mayoría de los ciudadanos, los que tengan dos dedos de frente, claro. Yo de los sindicatos policiales la armaba, que cuenten con servidora. Porque lo que esta buena señora, es un decir, pretende, es crear una estructura policial, judicial y social paralela a la ya existente. Esta señora, si no está loca, lo parece. Las administraciones públicas, como los ayuntamientos, que ya cuentan con esas estructuras, tienen que seguir trabajando en serio y en beneficio de la ciudadanía, nunca tratando de complicarles la vida y poniendo en cada comunidad de vecinos algo así como un "comisario" vecinal, que lo mismo denuncia al del quinto por poner el televisor un pelín alto, que llaman a la policía porque les molesta la felicidad que destilan los inquilinos del séptimo A.

Eso ya lo hizo en su día Fidel Castro con el pretexto de luchar contra la inseguridad y la delincuencia. Y jodieron vivos a muchos cubanos. Carmena es una alcaldesa descolocada que está descolocando el Ayuntamiento que preside, realizando diseños absurdos que no conducen a otra cosa que a pérdidas de tiempo y de dinero con el consiguiente cabreo de los vecinos. Madrid no necesita "jurados vecinales" que no son otra cosa que "ojos" del poder central. El gran hermano que quiere implantar Carmena y en el que el PSOE madrileño no puede ni debe, por historia y por sentido de la responsabilidad, convertirse en cómplice.

Las ganas revolucionarias de esta izquierda radical que gobierna tantas ciudades españolas les está llevando no solo a atropellarse sino a buscar fórmulas viejas que entonces no dieron resultado y que ahora serían contraproducentes para el modelo de convivencia que, mal o bien, tenemos los ciudadanos españoles. No me diga por qué razón, en el populismo y en la extrema izquierda siempre hay alguien que defiende el control comunitario disfrazándolo de las mejores intenciones. Qué ganas de jorobar y poner mal lo que está bien. Obama en su despedida deseó una "España fuerte y unida". No tuvo en cuenta a Carmena, Kichi, Santisteve y compañía.